Microondas Navarro
El capitán del Barcelona destroza al Valencia (64-80) con un par de apariciones fulgurantes y su equipo toma ventaja en la serie
Lleva casi toda la temporada crucificado por una dichosa fascitis plantar, estaba sin ritmo y fue el último que compareció en la cancha, pero nada impidió que Navarro se erigiera en el amo y señor del partido, en el verdugo del Valencia, en la pieza maestra que afinó el juego del Barcelona Regal y disparó unas diferencias en el marcador hasta aquel momento inapreciables.
Atribulado por esas malditas molestias en un pie, Navarro es dosificado con mimo y cautela. Xavi Pascual se decidió a darle entrada cuando el Barcelona lo estaba pasando peor, dentro de una dinámica de igualdad (20-25). El capitán azulgrana resolvió en un abrir y cerrar de ojos, a la manera como lo hacía Vinnie Johnson con aquellos inolvidables Pistons de finales de los años ochenta y que le valió el apodo de Microondas.
VALENCIA, 64 - BARCELONA, 80
Valencia: San Miguel (3), Rafa Martínez (7), Claver (7), Caner-Medley (3) y Faverani (14) —equipo inicial—; Ogilvy (5), Newley (7), Pietrus (3), De Colo (13) y Dean (2).
Barcelona Regal: Marcelinho Huertas (13), Eidson (4), Mickeal (1), Lorbek (10) y Ndong (11) —equipo inicial—; Sada (3), Navarro (15), Vázquez (8), Wallace (11), Ingles (4) y Rabaseda (0).
Árbitros: Redondo, García González y Benjamín Jiménez.
Pabellón Municipal Fuente de San Luis: 9.000 espectadores. En la eliminatoria, 1-2.
El primer estirón de Navarro tuvo un efecto devastador en el Valencia, que encajó un parcial de 0-12 y se vio de repente 11 puntos abajo (27-38). No supo cómo frenarle y en menos de siete minutos sumó siete puntos, un rebote y tres asistencias.
Tras el descanso, con el marcador de cara, el Barcelona se sintió mucho más cómodo. Dominó el rebote y varios de sus jugadores, hasta entonces muy encogidos, encontraron el ritmo adecuado y el golpe de muñeca idóneo. Claver, muy inadvertido a lo largo de la serie, sacó puntualmente la cabeza con un triple que redujo algo la desventaja de su equipo. Por si hubiera alguna duda de que el partido y los focos le pertenecían, Navarro le respondió con otro triple. Y, no contento con ello, anotó otro más casi a renglón seguido.
El Barcelona dominaba por 15 puntos (47-62) y, anímica y psicológicamente, tenía ya el partido en el bolsillo a pesar de que quedaban bastantes minutos. Solo faltó que, encima, los árbitros castigaran con una técnica a Dean por simular una falta. Navarro, por supuesto, anotó los dos tiros libres y situó la diferencia en 17 puntos para su equipo. Suficiente. Los 15 de Navarro en algo más de 11 minutos reventaron la contienda. Caso cerrado: 2-1 para el Barcelona, que llegó a dominar por más de 20 y que recupera el factor campo. Mañana se jugará de nuevo en Valencia, pero, si es necesario un quinto partido, se disputará el domingo en el Palau Blaugrana.
El conjunto de Perasovic se había propuesto asfixiar al de Pascual
Lo que Navarro dejó tan diáfano empezó muy difuso. El Valencia se había propuesto eliminar al Barcelona asfixiándolo. Su presión fue extenuante desde la tercera jugada del partido. No existió en las dos primeras, en las que ni se enteró, y el contador empezó con un 0-5. Pero, llamados al orden y exigidos desde el banquillo con vehemencia por Perasovic, los jugadores valencianistas se fueron a por los del Barcelona desde antes ya de que sacaran desde debajo del aro. A Marcelinho Huertas y compañía, incomodados a más no poder en cada jugada, les costaba más de seis segundos atravesar el centro de la pista. Al ataque del Barcelona le faltaba tiempo y espacio. Y, cuando encontraban alguna de las dos cosas, solían recibir una falta.
Pero La Bomba puso en orden ofensivo y al rival se le fundieron las luces
El Valencia, con Faverani muy inspirado, al igual que en los dos primeros partidos, y con triples de Rafa Martínez, De Colo, Pietrus y Caner-Medley, llegó a atisbar una brecha interesante, coincidiendo con la puesta en escena de la segunda unidad de efectivos del Barcelona.
Pero Ndong respondió a Faverani siendo igualmente agresivo y certero en el ataque. Sada, Lorbek y Eidson se ganaron la vida a base de rebotear y aprovechar algunos balones sueltos cuando el Valencia encasquilló el ataque azulgrana. El juego no podía ser más áspero y equilibrado, brumoso para los ataques de ambos equipos. Y así fue hasta bien entrado el segundo cuarto. Entonces apareció La Bomba Navarro, puso en órbita el ataque del Barcelona y al Valencia se le fundieron ya los plomos.
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