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No basta con el arte

La seleccionadora de natación sincronizada, Ana Tarrés, asegura tras los dos oros logrados en el Europeo: “Nuestro objetivo es consolidar el nivel técnico”

Diego Torres
Ona Carbonell y Andrea Fuentes, en los Europeos.
Ona Carbonell y Andrea Fuentes, en los Europeos.JOHN THYS (AFP)

El equipo español de natación sincronizada hizo escuela gracias a sus coreografías atrevidas y a su marcada vocación artística. Así fue durante la última década. La retirada en 2011 de su principal figura, Gemma Mengual, ha obligado a un cambio de estilo, imprescindible para mantener el nivel competitivo.

El Campeonato de Europa de Natación Sincronizada, que concluyó en Eindhoven este domingo, y donde España consiguió dos oros, expuso al equipo a sus nuevos retos. Lo expuso más que nunca, según explica la directora técnica, Ana Tarrés: “Competimos en una piscina pequeña, originariamente empleada como fosa de saltos. Se veía todo con mucha más claridad. Se vio por qué las rusas son las mejores. Por su definición muscular, por su modo de nadar, más alto que nosotras… Se vio todo más. Nos ha parecido súper positivo porque lo importante es saber dónde estás. Hemos aprendido”.

Mujer de espíritu crítico, impetuosa y capaz de sacar partido de las situaciones más desventajosas, Ana Tarrés concluye que Eindhoven ayudará a su equipo a competir mejor dentro de dos meses, en los Juegos de Londres. En los Europeos España se mostró consistente, solo fue superada por Rusia. De las cuatro medallas de oro en disputa las nadadoras españolas consiguieron dos, en la modalidades de equipo y combo, más dos medallas de plata en solo y dúo. Andrea Fuentes y Ona Carbonell, las virtuosas del equipo español, sólo pudieron seguir de cerca a Natalia Ischenko y Svetlana Romaschina, las estrellas rusas, sin duda las mejores especialistas del planeta. Con la comparecencia de las chinas, las finales olímpicas serán cosa de tres naciones, o de cuatro, según la evolución de Canadá.

“Buscábamos entrenar la competición”, dice la directora técnica, cuya preocupación más grande consiste en espabilar a las bisoñas del grupo. “Necesitábamos meternos en la rutina de la competición. Y más que presentar nuevas coreografías, o sorprender con cuestiones artísticas, lo que queremos es consolidar el nivel técnico. El equipo tiene mucha gente muy joven y es difícil que memoricen nuevas rutinas. Ahora lo que debemos hacer es sacarle todo el jugo, desde el punto de vista técnico, a las coreografías conocidas”.

La directora entiende que ya no basta con lograr interpretaciones emotivas. No es suficiente con impactar a los jueces con composiciones contraculturales sencillamente porque las rusas, las ucranianas, las italianas, las canadienses o las chinas han seguido la estela de las chicas de Tarrés. Se vio en los Mundiales de Shanghai, hace un año. Todas quieren nadar a la española y las españolas afrontan un doble desafío. Por un lado, impulsar la renovación generacional del equipo. Por otro, perfeccionar la técnica, la sincronización pura, la fuerza, la presencia atlética, esas cualidades que distinguen a las rusas. Es el único modo de presentarse en Londres en condiciones de luchar por las medallas.

En los Juegos la competición consta de cuatro rutinas, dos para dúos y dos para equipos, una libre y otra técnica. Solo hay dos oros en disputa. En el dúo España presentará una composición de flamenco para el técnico y un tango para el libre; y en el equipo Tamacún, tema de los mexicanos Rodrigo y Gabriela para la rutina técnica, y un baile acuático ideado por Tarrés y titulado El Mar, para la rutina libre.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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