Djokovic tantea a Sevilla

“¿Va a vender el torneo de Belgrado, que es de su propiedad, a la ciudad de Sevilla?”, le preguntan en París al serbio Novak Djokovic, cara quemada por el sol, pómulos marcados por el hambre. “No, no en este momento”, contesta el número uno mundial, que en un primer momento no responde. “Ahora mismo estamos pensando cuál será nuestro próximo paso. Estamos orgullosos de que este torneo sea el primer torneo profesional organizado en Serbia (…), pero está suponiendo mucho esfuerzo, mucho gasto de energía, por parte de mi familia y de mí mismo para jugar allí. Veremos qué hacemos”.

Sevilla lleva tiempo buscando hacerse con una plaza en el calendario del tenis profesional. El proyecto, en el que coinciden las voluntades del Ayuntamiento y de la Federación española de tenis, ha vivido varias fases. Primero intentó hacerse con una cita de categoría 250, la más baja del circuito ATP. Luego se planteó alternar en Sevilla y Valencia la sede del torneo de categoría 500 que poseen los tenistas David Ferrer y Juan Carlos Ferrero. Y ahora, según fuentes conocedoras de la negociación, la capital andaluza ha recibido el ofrecimiento de Goran Djokovic, tío del número uno y hasta ahora director del torneo de Belgrado, para negociar la compra de la plaza de la cita serbia en el calendario.

“Hay gestiones en marcha e interés por parte de las instituciones, pero todavía no han fructificado en reuniones”, confirman fuentes conocedoras de los contactos. “Se está aún pendiente del planteamiento de la familia Djokovic, de si quiere vender, alquilar, mantener derechos de explotación… es una operación de entre 3 millones de euros y 3,5 millones de euros. En España no hay nadie para pagar eso, pero se pueden buscar fórmulas alternativas”.

Djokovic convirtió el torneo en estandarte del emporio que está construyendo en su país. La situación de la cita en el calendario, entre Madrid y Roma, ha dificultado que cuente con las mejores raquetas del planeta. En consecuencia, la asistencia del público decrece todos los años según avanzan las rondas, porque a mayor dificultad menos tenistas serbios quedan. En 2012, el mismo Djokovic decidió no jugar tras la muerte de su abuelo. Ahora, la familia del mejor tenista del momento estudia la venta del torneo y tantea a Sevilla.