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Al pie de los Dolomitas, un vasco

El joven Jon Izagirre, del Euskaltel-Euskadi, se impone fugado el día más tranquilo de la ronda italiana

Carlos Arribas
Izagirre cruza victorioso la línea de meta de Falzes.
Izagirre cruza victorioso la línea de meta de Falzes.L. B. (AFP)

Giuseppe Martinelli, el director del Astana ahora y de Pantani el grande, uno que va de chapado a la antigua, de los que no entienden el ciclismo moderno, dice por la RAI que en sus tiempos las cosas trascendentes ocurrían en las etapas importantes, pero que ahora, ah, la posmodernidad, lo más importante ocurre en las supuestamente intranscendentes. Lo decía, bastantes kilómetros antes de que el pelotón y la fuga llegaran a Falzes, la meta, porque preveía que, habiendo un bonito repecho cerca del final, Purito Rodríguez, que, como se sabe, convierte cada repecho en una catapulta hacia el rosa, volvería a intentar montar un número. Martinelli, que es director ciclista, y no el Papa, no es infalible, evidentemente, pero solo a medias: fue un día intrascendente con resultado intrascendente en la lucha por la victoria final –“estaba esperando que se moviera alguien para responder”, dijo el atento Purito, “pero nadie hizo nada y me quedé con las ganas, porque me sentía buenísimo”--, pero no intranscendente en absoluto para un equipo como el Euskaltel, que gracias a la fortaleza y la sabiduría de un chavalín de 23 años llamado Jon Izagirre dio sentido a su Giro con una hermosa victoria. Fue al pie de los Dolomitas, los montes pálidos aún blancos por la nieve, el territorio en el que los grandes se jugarán el Giro y que el Euskaltel había hecho suyo el año pasado a la sombra de Contador con Igor Anton y Mikel Nieve.

“El Giro tiene líder catalán y hoy nos ha tocado a los vascos. Es un sueño para nosotros”, dijo Izagirre, guipuzcoano de Ormaiztegi, en el Goierri, hijo y hermano de ciclistas, que tiene la clase necesaria para ganar una etapa en la primera gran vuelta que disputa. Su padre, José Ramón, fue un buen ciclocrossman en los años 90; su hermano mayor, Gorka, corre también en el Euskaltel, un ciclista como Jon fuerte y duro, un todoterreno con chispa y muy combativo, muy del gusto de la tierra. “He sabido jugar mis bazas”, dijo Izagirre, que, azuzado por Domenico Cavallo desde el coche, el director italiano que el Euskaltel contrata para el Giro todos los años, respondió primero a los demarrajes de Herrada, el ‘passista’ conquense del Movistar, y de Frank, un escalador suizo del BMC, para cerrarse después en una curva del repecho de Chienes y coger una ventaja de unos 10s que mantuvo hasta la meta, tres kilómetros más allá después de un llano. “Y al llegar solo he podido además disfrutar de la victoria”. El pequeño de los Izagirre, junto a Mikel Landa, Lobato y Jesús, el pequeño de los Herrada, forman la generación de más talento salida del campo amateur español en los últimos años. Herrada, José, el mayor, llegó quinto, lo que no quita trascendencia a su acción, pues su presencia en la fuga de 10, que llegó con casi 9m sobre el pelotón, sirvió para afianzar en la cabeza de la clasificación por equipos al Movistar.

Clasificación de la general

1. Joaquim Rodriguez (ESP/Katusha)

2. Ryder Hesjedal (CAN/Garmin) a 30

3. Ivan Basso (ITA/Liquigas) a 1:22

4. Paolo Tiralongo (ITA/Astana) a 1:26

5. Roman Kreuziger (CZE/Astana) a 1:27

6. Michele Scarponi (ITA/Lampre) a 1:36

7. Benat Intxausti (ESP/Movistar) a 1:42

8. Sergio Luis Henao (COL/Sky) a 1:55

9. Dario Cataldo (ITA/Omega Pharma) a 2:12

10. Sandy Casar (FRA/Francaise) a 2:13.

Los grandes se vigilaron agrupados alrededor de Purito, todo de rosa vestido y hasta el botellín del que bebe es rosa, y se citaron para el miércoles, una etapa que antes de llegar al corso Italia de la olímpica Cortina d’Ampezzo, atravesará cuatro buenas subidas, dos muy duras –Duran y Giau—y sus correspondientes y peligrosos, por la lluvia amenazante si no aguanieve cuando se acerquen a los 2.000 metros, descensos, sobre todo el último, pues el Giau se corona a solo 17 kilómetros de la meta, en el valle y Basso, torpe descendedor, teme, y otros esperan, que el Astana, que ensayó la maniobra el domingo en el Culmine de San Pietro, le haga la vida difícil cuesta abajo.

“Mañana empieza todo, ¿no?”, le dicen en la RAI a Purito, y el líder de rosa reacciona un poco tenso. “Todos los días todo el mundo dice lo mismo, mañana empieza lo serio, mañana, mañana, como si no hubiera habido Giro antes. Y todos los días puede pasar de todo, o no. La etapa será durísima, y no solo por el Giau”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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