Llull impulsa al Madrid
Los de Laso, a campo abierto y liderados por el base, acaban con la resistencia del Banca Cívica (82-68)
El Madrid acabó lanzado, pero jugó a trompicones. Intrépidos en la presentación y el desenlace, los blancos vivieron encogidos durante el nudo de la novela de intriga que propuso Joan Plaza. Doce días después de cerrar la temporada regular ante el Joventut, los de Laso tenían hambre de balón y saltaron al parquet dispuestos a marcar territorio. Pero la pizarra del Banca Cívica, cargada de emboscadas y abnegación, volvió a darles quebraderos de cabeza como en la serie de 2010. Entonces, cayeron en el primer partido. Esta vez, sin embargo, espabilaron a tiempo para dejar la serie encarrilada antes de viajar a Sevilla. Lo hicieron con sus valores indelebles: el espíritu kamikaze de Llull y el denuedo de Felipe Reyes. 13 puntos del base y otros tantos del capitán madridista, atajaron la rebelión del rival, liderado por un excelso Urtasun -19 puntos-.
R. Madrid, 82 - Banca Cívica, 68
Real Madrid: Llull (13), Singler (14), Suárez (3), Velickovic (10), Tomic (6) —equipo inicial—; Felipe Reyes (13), Pocius (0), Sergio Rodríguez (11), Begic (9) y Carroll (3).
Banca Cívica: Calloway (2), Jasen (8), Tepic (0), Bogdanovic (4), Triguero (7) —equipo inicial—; Satoransky (8), Urtasun (19), Sastre (5), Rubio (2), English (6) y Paul Davis (6).
Árbitros: Hierrezuelo, Araña y Cortés. Sin eliminados.
Parciales: 26-16; 12-24; 20-17; y 24-11
Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid: 7.129 espectadores.
Impulsados por Llull, los blancos se agarraron a la versatilidad de Singler y a los centímetros de Tomic para dar el primer estirón aprovechando los titubeos iniciales del Banca Cívica (13-5). Ofuscados en la pintura, los de Plaza firmaron un pésimo porcentaje en los tiros de dos durante el primer cuarto (dos de nueve) y tuvieron que buscar soluciones más allá del 6,75. En ese territorio apareció un efervescente Urtasun con seis puntos consecutivos que acortaron las distancias y anticiparon la reacción del conjunto sevillano. Un triple de Carlos Suárez cerró el primer acto y situó a los blancos con 10 puntos de ventaja (26-16).
Pero no iba a ser una noche apacible para el Madrid. Plaza reclutó a Paul Davis, entre algodones durante toda la semana, como golpe de efecto y el resultado fue instantáneo. El pívot estadounidense, con la ayuda de Guille Rubio, equilibró la batalla del rebote y lanzó al Banca Cívica. English cogió el testigo de Urtasun desde el perímetro y Triguero, Satoransky y Sastre pusieron en valor las prestaciones de la segunda línea, mucho más acertada que el fondo de armario madridista.
En un santiamén, el Banca Cívica enjugó la distancia (29-31, a los 15 minutos) y destapó las dudas del Madrid. El 12-24 de parcial en el segundo cuarto retrató el apagón de los de Laso en ataque. Huérfanos de la puntería de Carroll, solo el trabajo de Felipe y Velickovic en la pintura ofrecía soluciones a los blancos. El serbio se ha ido afinando en el tramo final del curso y la lesión de Mirotic —baja para la serie de cuartos y duda para unas hipotéticas semifinales por un esguince de tobillo— le ofrece espacio y minutos para reivindicarse. Pero para entonces, el conjunto sevillano ya había alterado el sistema nervioso del partido.
Urtasun y Jasen martilleaban el aro rival y los de Plaza alcanzaron los ocho puntos de renta (46-54) mediado el tercer cuarto. El Madrid se tambaleaba ante lo inesperado del escenario, pero las decisiones de los árbitros —falta antideportiva de Velickovic sobre Davis— despertaron al Palacio y agitaron a los de Laso.
Llull consiguió soltarse los grilletes y, a la carrera, el Madrid cortó la rebelión sevillana. Primero, con un 12-3 con el que los blancos recuperaron la iniciativa (58-57). Después, con otro contundente parcial de 16-4 con el que sellaron el cuarto triunfo de la temporada sobre el Banca Cívica y el primero de la que pretenden sea una carrera hacia el título.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.