Beñat, de Segunda B a la selección en dos años

La vida le cambió a Beñat Etxebarria Urkiaga (Igorre, Vizcaya; 1987) en el verano de 2010. El Betis estaba en Segunda División y Pepe Mel acababa de aterrizar en el conjunto sevillano. En plena pretemporada, se le lesionaron los dos medios titulares, Arzu y Juande. Oli, exjugador del Oviedo y del Betis, y técnico del filial, le recomendó que probara a un centrocampista vasco que se había convertido en el alma del Betis B, Beñat. Desde el mismo día que debutó ante el Granada, Mel observó en él algo distinto, una clarividencia con el balón y una visión de juego que le habían hecho ya destacar en los escalafones inferiores del Athletic Club. Desde entonces, se ha convertido en un pilar del Betis, donde contribuyó de forma definitiva en el ascenso de la pasada temporada y en la holgada permanencia de la actual. Ha jugado 36 partidos esta temporada, anotando seis goles, tres de ellos al Sevilla en los dos derbis de la temporada, lo que le ha elevado a los altares del beticismo.

"Gracias, no me lo esperaba y aún no me lo creo", acertó a decir, todavía conmocionado, al conocer su convocatoria en Radio Betis.

Curiosamente, Beñat estaba jugando en Segunda B hace apenas tres años, en el Conquense. Había deslumbrado en los escalafones inferiores del Athletic y llegó a jugar una final de España de cadetes frente al Barcelona de Piqué, Cesc y Messi. Internacional español en las selecciones inferiores, donde también coincidió con Piqué y Cesc, a Beñat le costó mucho dar el salto del filial del Athletic al primer equipo. De hecho, llegó a debutar con el Athletic en Primera, en El Sadar frente a Osasuna, el 29 de octubre de 2006, pero no tuvo continuidad. Joaquín Caparrós no contó con él y regresó al filial del Athletic, donde jugó 30 partidos y anotó dos goles. En el verano de 2008, los técnicos del Athletic decidieron que lo mejor para su futuro era una cesión, encontrando acomodo en el Conquense. En un partido del Conquense ante el Granada, un técnico del Betis se quedó prendado de su juego. Era Miguel Valenzuela, coordinador de la cantera bética, quien le hizo un seguimiento en esa temporada para acabar fichándolo para el filial verdiblanco. Era el verano de 2009 y el Athletic no puso ningún problema. En el filial andaluz, junto a Cañas, ahora también en el primer equipo, el fútbol de Beñat no hizo sino crecer, aunque su llegada al primer equipo se vio beneficiada por los malos momentos que pasó la entidad andaluza, con el descenso a Segunda y el fracaso en el ascenso de la temporada 2009-10.

Ha jugado 36 partidos esta temporada, anotando seis goles, tres de ellos al Sevilla en los dos derbis de la temporada

El fútbol de Beñat ha explotado definitivamente este año. Clarividente y dinámico sobre el césped, fuera del terreno de juego es un hombre tímido, callado, que solo se expresa con fluidez cuando Cañas, su compañero de piso y amigo del alma, le da algo de vidilla. En el Betis, sus buenas actuaciones han provocado que su cláusula de rescisión pase de seis a 20 millones, aunque el club tiene la intención de revisarle el contrato, pues su ficha no es de las más altas de la plantilla. A Beñat, esta convocatoria de Del Bosque le puede cambiar la vida. Por el momento, no podrá viajar hasta el País Vasco, donde se pirra por las alubias rojas de su abuela. Tendrá la ocasión de convencer al seleccionador mientras en el Betis se frotan las manos.