El piñón de Pozzovivo

Pedaleaba sin aparente premura Domenico Pozzovivo, aunque por detrás aguardaba el peleón Beñat Intxausti, como si no fuera necesario marear demasiado la bicicleta en la rampa de Lago Laceno, a más de mil metros de altura, en el tramo final de la octava etapa del Giro de Italia. 229 kilómetros con salida en Sulmona, con final en alto, y el ciclista italiano no meneaba ni instrumento, bicicleta, ni cuerpo. Con un piñón largo, menos pedaladas no implican menos ritmo, sin levantarse demasiado del asiento, a siete kilómetros de la meta decidió escaparse del pelotón tras comprobar que las aguas no parecían revueltas. Con 29 años, y una cara de niño que resiste el paso del tiempo, el menudo ciclista del Conago traspasó la línea de meta en su primera victoria en la ronda italiana, con el mismo ritmo que le valió para resistir el acoso de Intxausti, de piñón más fino pero insuficiente.

Fueron dos decisiones simultáneas, las del italiano y el vizcaíno, las que descuadraron al pelotón, arreciado por el Astaná en gran parte del recorrido, disidente después cuanto la carrera requería más definición. Una maniobra descuadrada si la montaña aguarda, como lo hizo, en un tramo donde más vale tener compañía que la mente clara. No se lanzó, sin embargo, 'Purito' Rodriguez, resguardado en la parte noble, que mantiene el liderato a tiro, solo a nueve segundos.

Se deshacía así una etapa revolcada por una escapada comentada en el pelotón por la premura, apenas se había cumplido el kilómetro 10, y que fue neutralizada a 17 de la meta. Andrey Amador, costarricense del Movistar, y Tomasz Marcyznski, polaco del Vancasoleil, con un ritmo que los llevó a distanciarse hasta once minutos del pelotón, pero que no les valió para afrontar el terreno cuando la inclinación varió.

Fue un juego de números distintos, con interpretaciones encontradas. Tanto como la recuperación del líder Hesjdal, que tras un último arreón, el mismo que provoca el agobio de los deberes por hacer, se reenganchó al bloque final lo que le permitió mantener una jornada más la maglia rosa.