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“Será una broma”

Los tenistas reaccionan con sorpresa a la pretensión del torneo de usar bolas 'fosforescentes'

Javier Galán
Fernando Verdasco se dispone a sacar en su partido ante Tomas Berdych
Fernando Verdasco se dispone a sacar en su partido ante Tomas Berdych JAVIER LIZÓN (EFE)

Serena Williams entró ayer a la rueda de prensa posterior a su victoria (6-1 y 6-3) sobre Maria Sharapova en cuartos de final con unos calcetines amarillos fosforescentes. Le vinieron bien para explicar qué piensa la número 9 del mundo sobre el anuncio de Ion Tiriac, el dueño del torneo, de que "sueña" con cambiar las bolas del torneo por otras fosforescentes que favorezcan la visibilidad de los peloteos. La menor de las Williams subió la pierna a la mesa y los mostró al decir: "¡Me encantan los colores fosforescentes! Si lo hubiese hecho este año estaría emocionada".

Bastante menos efusivo se mostró Novak Djokovic cuando se le recordó por lo mismo tras su derrota en la misma ronda ante Janko Tipsarevic (6-7 y 3-6). "Pueden hacer lo que quieran", lanzó escueto el serbio, molesto con el torneo, al que anunció que no volverá si se mantiene la tierra azul. Su compatriota Tipsarevic ni se lo tomó en serio: "Creo que habrá sido un broma. Si los jugadores no tienen problemas con la visibilidad y no se quejan de que no ven [la pelota] lo suficientemente bien y es un hombre que lleva gafas [quien lo quiere, en referencia a Tiriac], creo que estará de broma".

No lo es. Las críticas que está recibiendo la innovación que supone la pista azul por parte de los mejores jugadores del mundo no altera ansias de innovación de Ion Tiriac, que anunció su pretensión en una charla con periodistas ayer por la mañana. Son ellos [los organizadores] quienes tienen que decidir sobre esos problemas externos que ni me vienen ni me van", explicó David Ferrer tras perder con Federer (6-4 y 6-4).

Las pelotas amarillas no siempre han estado ahí. El color usado originalmente para confeccionarlas era el blanco o el negro, dependiendo del tono de la pista. No fue hasta 1972 cuando la Federación Internacional de Tenis introdujo el color amarillo, buscando también que se viesen mejor en las televisiones. Quedó Wimbledon, torneo que mantuvo sus pelotas blancas hasta 1986, cuando terminó por adoptar las amarillas. Las que ahora Tiriac quiere cambiar por unas fosforescentes.

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Sobre la firma

Javier Galán
Reportero en la sección de Narrativas Visuales. En el periódico también ha cubierto la actualidad en la sección de última hora y contó su vuelta al mundo en El Viajero. Es licenciado en Derecho y Periodismo y máster de Periodismo de EL PAÍS.

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