Cavendish llega puntual
El campeón del mundo gana en Herning el primero de los seis ‘sprints’ que le ha prometido al Giro
La gris Jutlandia se iluminó súbita mediada la tarde y brevemente salió un arcoíris que muchos, visto cómo está transcurriendo la primavera, dudaban que apareciera. Mark Cavendish, sin embargo, es inglés y, por lo tanto, puntual, o eso dice la leyenda, a sus citas. Bien ha podido el campeón del mundo emitir todo tipo de señales, excepto las de éxito, los últimos meses, pero llegado el Giro en el que ha anunciado públicamente que pensaba batir su récord goleador y anotarse seis etapas, no ha fallado. Bien ha podido estar más preocupado por su recién estrenada paternidad, bien ha podido rozar el ridículo en clásicas como la Milán-San Remo, bien ha podido, incluso, llegar al extremo de contemplar cómo su compañero Brad Wiggins era capaz de ganar una etapa al sprint en una carrera en la que llegaba él todos los días acompañando al coche escoba. Pero en el primer sprint su maillot arcoíris terminó donde tenía que terminar, por delante de todos.
En el primer sprint su maillot arcoíris acabó donde tenía que acabar, por delante de todos
Mostró en su victoria además el ciclista de la Isla de Man un rasgo inhabitual en él, un sprinter que, como se apreció perfectamente en el Mundial que ganó, también en Dinamarca, depende demasiado a menudo del buen lanzamiento del tren de su equipo. En Herning, sin embargo, más que un a victoria del tren –reducido en la última recta, los últimos 500 metros, a un solo vagón, Geraint Thomas- fue una victoria de la intuición. Encerrado por la derecha tras Thomas y la gente del Garmin (Hunter), que llevaba a Farrar, Cavendish observó cómo la verdadera acción se desarrollaba por su izquierda, por donde intentaban sorprender a la larga Hushovd y el francés Soupe. Fue capaz entonces el inglés de cortar su esfuerzo, cambiar de ritmo, abrirse a la izquierda y lanzar de lejos un verdadero sprint de potencia imbatible. Remontó a Hushovd y Soupe, y resistió perfectamente la progresión de Matt Goss, que terminó segundo.
La primera etapa en línea del Giro 2012, tan temida por los vientos del mar del Norte que suelen barrer la plana Dinamarca, se resumió en la octava victoria de etapa de Cavendish, de 26 años, en los cuatro Giros que lleva disputados. Sigue líder el ganador de la primera contrarreloj, Taylor Phinney, quien se vio obligado casi a repetir la contrarreloj de la víspera para mantener el liderato: a Phinney se le salió la cadena a ocho kilómetros de la llegada, con el pelotón ya lanzado, y solo la benevolencia de los jueces, que no cortaron la caravana de coches de los equipos para evitar que remontara a su rebufo, y su esfuerzo inesperado, le permitieron conservar la rosa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.