La receta de Caparrós cuaja en Mallorca
El equipo balear ha pasado de eludir el descenso a luchar por Europa después de tres victorias consecutivas
Hace diez días, el Mallorca celebró con una traca de petardos su permanencia en Primera por decimosexta temporada consecutiva. Tras el entrenamiento en la ciudad deportiva de Son Bibiloni, la plantilla y el cuerpo técnico festejaron la consecución del único objetivo fijado este año. La temporada se daba por liquidada, al menos de forma oficiosa.
“A mis jugadores les veo un brillo en los ojos”, dijo Joaquín Caparrós. A falta de dos jornadas, el equipo que dirige el utrerano se encuentra a un punto de las plazas que dan acceso a la Liga Europa, después de sumar 12 de los últimos 15 puntos posibles. Este sábado recibe al Levante, rival directo que le aventaja en dos puntos, en un Iberostar Estadi que en solo cuatro días podría pasar de registrar la peor entrada de la temporada -el miércoles ante el Rayo, apenas 8.800 espectadores- a lograr una de las mejores. El club repartirá 25.000 globos rojinegros y ha puesto las entradas a tres y cinco euros, con una consigna: “Hay que llenar”.
Con 42 goles en contra, es el tercer equipo menos goleado de la categoría, solo por detrás de Barça (27) y Madrid (30)
Los aficionados saben bien que, hoy por hoy, un partido del Mallorca no es un espectáculo atractivo. Otra cosa son las estadísticas, que hablan de un equipo sólido como pocos, y capaz de aprovechar al máximo sus virtudes. Con 42 goles en contra, es el tercer conjunto menos goleado de la categoría, solo por detrás de Barça (27) y Madrid (30). Los seis equipos que le preceden en la tabla son los que más tantos han sumado; el Mallorca marcha séptimo con una modesta renta de 40 goles. Son números que llevan el sello de Caparrós.
En el haber del entrenador andaluz está su clara apuesta por la cantera. En los últimos partidos, hasta 10 jugadores formados en las categorías inferiores han acaparado el protagonismo en las alineaciones iniciales. A veteranos como Martí y Ramis se les ha sumado la generación de Nsue, Pereira y Pina, entre otros, que están respondiendo con garantías a la confianza que se ha depositado en ellos. Un caso aparte es el del también mallorquín Víctor Casadesús, que con nueve goles está firmado la mejor temporada de su carrera. Ya sin la dura competencia de Eto’o, Güiza o Webó, ha formado pareja habitual con otro delantero que ha ido de menos a más, el israelí Hemed (ocho dianas). Gonzalo Castro es el hombre desequilibrante, la verdadera estrella intermitente de este Mallorca. Y Aouate, el pilar que sustenta el edificio cuando falla todo lo demás.
Los aficionados saben bien que, hoy por hoy, un partido del Mallorca no es un espectáculo atractivo
A Caparrós le costó meses dar con la tecla. Aterrizó en la isla en la octava jornada para relevar a Laudrup, y no logró su primer triunfo hasta siete jornadas más tarde. Durante toda la primera vuelta, el Mallorca sudó sangre para mantenerse por encima de los puestos de descenso. A base de empates, a base de goles a balón parado, iba tirando. Caparrós apretó las tornas, lanzó avisos en público a sus jugadores, denunció lagunas defensivas y falta de concentración: “Los equipos tienen que pensar que es difícil ganar al Mallorca, y no lo estamos consiguiendo”. En enero, optó por el castigo: la plantilla se quedó sin noche de Reyes y a cambio se sometió a una sesión de vídeo en la que se analizaron pormenorizadamente sus errores. Las cosas mejoraron sustancialmente a partir de entonces. Caparrós logró echar el cerrojo a la portería.
Aunque el equipo viene sufriendo pájaras esporádicas y adolece falta de ambición ofensiva, la paciencia y los planteamientos conservadores le han dado unos resultados más que satisfactorios. Nadie duda de que en el duelo contra el Levante, que le puede valer un pasaporte a Europa, la receta volverá a ser la misma.
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