Pena máxima para Cristiano
El portugués, que falló con el Manchester un penalti en la final de 2008, erró desde el punto fatídico tras 27 aciertos seguidos con el Madrid
Todo iba sobre ruedas para él. A los cinco minutos había batido a Neuer desde el punto de penalti con un toque templado y tan solo nueve minutos después volvió a embocar a la red tras un magnífico pase entre líneas de Özil. No pasaba por la mente de Cristiano Ronaldo caer frente al Bayern, ni mucho menos un desenlace tan amargo como el que vivió anoche en Chamartín. El portugués, que acumulaba 27 disparos consecutivos sin errar desde el punto fatídico, que elevó su registro realizador de este curso a 56 dianas -en 52 encuentros- y que había igualado la mejor marca goleadora de un madridista en una edición de la Champions -hasta ayer, en posesión solo de Raúl, con 10 tantos en la temporada 1999/2000-, falló en el momento decisivo.
Asumió el de Madeira la primera ejecución de los blancos en la tanda de penaltis. Depositó el balón con mimo, tomó carrerilla y armó la pierna. A diferencia del primer acto, optó por el lado derecho del guardameta bávaro. Neuer se estiró de forma felina, sacó la manopla y desvió. Apesadumbrado, CR regresó al círculo central junto a sus compañeros, que después de pasar por el vestuario le defendían. “Está triste, como el resto del equipo. Uno falla, pero lo sentimos todos. Se ha dejado la piel”, argumentaba Marcelo. “Está siendo este año el mejor por mucho”, proclamaba su técnico, José Mourinho. “Neuer es un gran portero, con mucha envergadura y mucha intuición. Han sido dos paradas excepcionales, más acierto del portero que fallos de Cristiano y Ramos”, explicaba, en tono lúgubre, el director de Relaciones Institucionales del Madrid, Emilio Butragueño.
En los tres años que lleva en el conjunto blanco, Cristiano solo había fallado ante el Almería, en 2009, un penalti que le detuvo Diego Alves. Sin embargo, no es la primera vez que se le nubla la vista al portugués desde el punto de cal. El 21 de mayo de 2008, en la final continental que medía al Chelsea frente al Manchester United, entonces su equipo, también se topó con el portero en la tanda de penaltis en el estadio olímpico de Luzhnikí. Aquella noche, Cech desvió el esférico con el rostro. Un inoportuno patinazo de Terry enmendó después el desaguisado para el United. Antes, en las semifinales contra el Barça, ya había enviado al limbo una pena máxima nada más arrancar el duelo de ida en el Camp Nou. Un latigazo de Scholes en la vuelta compensó el error. Anoche, cuatro años después, no encontró consuelo. Como Messi el día anterior frente al Chelsea, la gran estrella falló desde los 11 metros.
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