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“Yo no hago ‘shows”

El portero del Atlético se muestra confiado de cara a eliminatoria ante el Valencia y afirma: "este club ya está en mi corazón"

Thibaut Courtois, en la ciudad deportiva del Atlético.
Thibaut Courtois, en la ciudad deportiva del Atlético.ALEJANDRO RUESGA

Antes de cada encuentro, Thibaut Courtois (Bree, Bélgica; 1992) va de lado a lado del césped para chocar las manos con sus compañeros. Con cada uno mantiene un ritual diferente, palmas arriba o abajo; choques con el codo, la muñeca o lo que sea. Es su forma de dar ánimos a los suyos, a los que protegen su portería. Reacio a pegarles berridos porque entiende que no sirve de nada, su actitud siempre es positiva, feliz porque devora con gusto y éxito las etapas de su carrera. Tampoco le da vueltas a los traspiés, como los goles de Cristiano Ronaldo en el último derbi, cuando el balón, caprichoso, zigzagueó hasta colarse en su portería por dos veces. “En el primero fallé”, admite, al tiempo que se le dibuja una sonrisa; “pero no le doy más vueltas ni lo veo en la televisión. Entre otras cosas, porque no puedo darme la vuelta, coger la pelota de la portería y decir que no ha valido”. Ahora, Courtois, con la camiseta del Atlético prestada –“pero este club ya está en mi corazón”, defiende- porque pertenece al Chelsea, afronta el penúltimo escalón de la Liga Europa ante el Valencia (21.05. Telecinco).

Pregunta. ¿Es cierto que se puso los guantes por casualidad?

Respuesta. Más o menos. El Genk me fichó como lateral izquierdo cuando era niño, pero ese año no teníamos portero y cada día le tocaba ponerse a uno bajo los palos. Jugamos un torneo importante y me escogieron como el mejor portero del campeonato. Ya me quedé.

P. A un niño le gusta marcar goles, ¿cómo le sentó que le mandaran a la portería?

R. En mi familia lo normal es usar las manos [sus padres fueron profesionales de voleibol y su hermana juega con la selección belga] y en mi casa tenemos un campo de voley-playa. Eso me ayudó a la coordinación y a la intuición. Por eso creo que tengo buenos reflejos. Por otro lado, si miras a los niños jugar en los jardines, verás que hay unos que quieren golpear el balón y a otros, los porteros, a los que les encanta parar. A mí pronto empezó a gustarme eso de tirarme al suelo. Y en Bélgica llueve mucho, es bonito deslizarse y embarrarse.

No me gusta gritar: eso es un espectáculo para el público y las teles"

P. ¿Coincide en que todo guardameta tiene una parte de loco?

R. Creo que ahora el portero debe ser listo y pensar mucho sobre la posición, colación e inicio de la jugada. Pero sí, hay que estar un poquito loco para salir a los pies de los delanteros.

P. ¿En quién se fijó cuando empezaba?

R. Pues sé que Pfaff y Preud’homme eran muy buenos e importantes. Pero mis referentes han sido Casillas, Cech y Van der Sar.

P. ¿Es cierto que cuando vio entrenarse a Cech pidió la cesión?

R. No, nunca he entrenado con el Chelsea. Ellos me ficharon y me querían ceder directamente al Genk, pero no quería estar otro año allí; ya había ganado la Liga y sido el mejor portero, por lo que no era bueno para mi progresión. Quería jugar en el Atlético y quiero seguir otro año aquí. Lo normal es que así sea.

P. ¿Pero no sería un reto competir con Cech?

R. Estaría bien, pero lo que yo necesito es jugar. Cech está parando mucho y allí estaré en el banquillo. Prefiero jugar.

P. ¿No va todo muy deprisa?

R. Sí, por eso hay que tener mentalidad para trabajar y aprender.

P. Al ser tan joven, ¿no le resulta difícil transmitir seguridad y confianza a su defensa?

R. Si tienes calidad no hay problemas. Lo que le falta a un portero de mi edad es la experiencia. Al principio te pueden ayudar los jugadores más expertos, pero después de tres o cuatro partidos se entra en la rutina. Aunque es verdad que hay grandes partidos contra el Real Madrid y el Barcelona que son diferentes, pero ahora ya sé lo que significa y estoy preparado para el próximo año. En eso consiste la experiencia.

En el gol de Cristiano estaba tenso por cubrir ambos palos. P0r eso me quedé en el medio"

P. ¿Le gusta gritar?

R. No, soy un portero tranquilo. Si hay que gritar, se grita, pero si los jugadores están a 50 metros, no te escuchan. Eso es un espectáculo para el público y las televisiones. Además, si el defensa ha fallado, ya lo sabe. No hace falta que le diga que ha cometido un error.

P. ¿Tampoco le gustan las palomitas?

R. En el Genk nos enseñaban a no hacerlas sin motivo. Si puedo parar un balón y blocarlo, es mejor que hacer el show. A mi no me gusta dar el show porque si mandas un balón a córner por dar espectáculo y luego te hacen el gol…

P. Hay porteros que dicen sentirse culpables en cada gol que reciben, ¿le ocurre lo mismo?

R. No. El 60 o 70 por ciento de los goles son imparables porque son tiros de muy cerca. Pero luego se puede analizar si estoy un poquito más a la izquierda o a la derecha, o un poquito adelantado…

P. ¿Como en el gol de falta que le hizo Cristiano Ronaldo?

R. Ahí sí. Al verlo por la televisión vi que estaba muy tenso por cubrir los dos palos. Por eso me quedé en el medio. Si hubiera estado más a la izquierda, quizá lo habría parado. Pero era un balón complicado por la potencia, los efectos y la colocación.

P. ¿Ha repasado mucho ese gol?

R. Poco, dos o tres veces. No hay que verlo más.

P. ¿Qué ha aprendido como portero en la Liga?

R. A pensar más y más rápido. Aquí hay más calidad que en Bélgica porque los centros o los saques de esquina son más peligrosos. Pero, sobre todo, he trabajado los pases interiores, porque en España es algo que se repite mucho, al revés que en otros países.

P. Con los pies, sin embargo, se le ve bastante cómodo…

R. En el Genk nos obligaban a entrenarnos como jugadores de campo en muchos partidillos. Recuerdo que mi primera acción en el día de mi debut, como no tenía opción de pase, hice un regate.

P. Simeone ha decidido adelantar la defensa en los últimos encuentros. ¿Le preocupa?

R. Jugar así nos ha ido muy bien. Pero es verdad que, con la defensa tan lejos, me es más complicado porque se dan muchos más balones a la espalda de la defensa, y ahí la pelota se puede frenar por el campo y dejarte a medio camino de la salida. Pero hay que saber leer eso.

P. ¿Piensa mucho en un partido?

R. Sí, hay que estar concentrado. Pero no es lo mismo ahora que cuando debuté con 16 años, donde ni siquiera escuchaba al público. Ahora, incluso, a veces pienso en cosas raras. Recuerdo el año pasado, que aún iba al colegio, y en un partido se me pasó por la cabeza que al día siguiente tenía un examen. Pero eso dura medio instante porque en un partido hay que reaccionar en décimas de segundo.

P. ¿Estudia a los delanteros?

R. Sí, el día antes hablo con el míster cuando nos pone los videos. Para el año próximo año ya conozco a muchos jugadores y cuáles son sus virtudes. También los estadios difíciles donde hay aficiones calientes.

P. ¿Qué es lo que más le preocupa del Valencia?

R. Los saques de esquina en contra. No sé si nos falta un poco de concentración, pero en el Calderón encajamos dos goles tontos en los últimos segundos de cada tiempo. Pero si jugamos como en la ida, no tendremos problemas.

P. ¿Esperaba luchar por algún título cuando fichó por el Atlético?

R. Normalmente la Liga es para Barcelona o Real Madrid, pero en la Copa o la Liga Europa todo puede pasar. El Atlético es un grande de Europa. Aquí estoy tranquilo.

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