La angustia del Estudiantes sigue tras el derbi

El Madrid jugaba por mantener el estatus, el Estudiantes luchaba por agarrarse a la supervivencia, y el derbi madrileño se convirtió en un espectáculo febril de canastas y suspiros. Lo resolvió el pulso infalible de Carroll. Una bendición para las jornadas de modorra madridista. Fue duda hasta última hora porque andaba renqueante de una reciente pancreatitis que le hizo perder siete de sus escasos 80 kilos, pero la enfermedad no alteró las prestaciones de su muñeca. Hambriento de balón, selló su enésima exhibición y destartaló con 25 puntos el trabajo de un Estudiantes peleón que se queda al borde del precipicio, a dos victorias de la salvación con cuatro jornadas por delante.

El conjunto del Ramiro realizó el pasado verano una apuesta por la esencia y la tradición de la mano de Pepu Hernández. Sin embargo, apenas hubo tiempo para el romanticismo, apenas una gran tarde. Fue el pasado 11 de diciembre precisamente en el derbi ante el Madrid. Aquel día, Jayson Granger firmó una lustrosa actuación que valió la victoria (90-85) y el alegrón ante el vecino rico. Fue un espejismo. Siete derrotas consecutivas y un triste balance de tan solo seis victorias en 22 partidos dieron al traste con el proyecto de Pepu y abocaron al equipo colegial a la angustia. Trifón Poch, un médico de urgencia, ha puesto al equipo en disposición de agarrarse a la categoría como a un clavo ardiendo. Impulsado por la necesidad, el Estudiantes arrancó el derbi enseñando los dientes. El dominio en el rebote (5-15), el tino de Germán Gabriel, el vértigo de Granger y la defensa de Jiménez dispararon los registros del Estudiantes hasta un contundente 6-24. Mientras el Madrid se quitaba las legañas, los colegiales marcaron distancias sin complejos. Pero no bastó ante el lujoso repertorio de los blancos.

Laso recurrió a la gracilidad de Carroll y a la hiperactividad de Singler. Los puntos del perímetro, el trabajo de Tomic y Reyes en la pintura y el ímpetu de Llull atajaron en un santiamén la rebelión estudiantil. Un parcial de 21-9 echó por tierra el trabajo de los hombres de Trifón Poch y apretó el marcador al descanso. Se pasó del 11-30 al 32-39.

A la vuelta de los vestuarios, el Madrid completó la remontada con una buena defensa. Pero lejos de rendirse a la evidencia, el Estudiantes se remangó para seguir dando guerra. Gabriel, Granger y Jiménez dieron réplica a Carroll y Tomic y abocaron el derbi a un final apretado (58-59 a 10 minutos del final). Capaz de jugar varios partidos en uno, los blancos se entregaron a un emotivo intercambio de golpes cuando se vieron incapaces de gobernar el duelo. En plena batalla, a 7m 18s para el final, el Estudiantes se quedó sin su principal guerrero. Carlos Jiménez recibió su quinta falta personal. Había sido el 43º derbi del capitán estudiantil, que en la víspera anunció su retirada al final de temporada, y en su rostro se reflejaba la congoja de un club histórico en plena zozobra. Con el partido en el alambre, Carroll recuperó su mejor versión y dejó sin premio el esfuerzo del vecino.

Resultados de la 30ª Jornada

Caja Laboral, 71; UCAM Murcia, 65. Blancos de Rueda Valladolid, 72; Banca Cívica, 77. Cai Zaragoza, 80; Mad-Croc Fuenlabrada, 78. Blusens Monbus, 65; Gran Canaria, 45