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La isla de los extranjeros

La Liga de Chipre ‘limita’ a 17 los foráneos por equipo y solo hay seis técnicos locales

Eleonora Giovio
Ivan Jovanovic dirige el entrenamiento del Apoel
Ivan Jovanovic dirige el entrenamiento del ApoelKATIA CHRISTODOULOU (EFE)

14 españoles, otros tantos serbios, portugueses y brasileños... Una decena de argentinos. Algunos angoleños, griegos, húngaros y cameruneses. Un par de irlandeses y austriacos. Un italiano, un francés…. No es un Mundial, ni una Eurocopa. Es la Liga de Chipre, donde el desplazamiento más largo son 45 minutos de autocar y donde el límite de jugadores extranjeros por equipo es de 17. “Y donde se cobra entre un 30 y un 40% más que en Segunda en España”, dice Arnal Llibert, delantero del Alki Larnaka y uno de los 14 españoles que se marchó a Chipre. Igual que Iago Bouzon y Ander Murillo, lo hizo atendiendo la llamada de Jordi Cruyff, mánager y director deportivo del AEK Larnaka desde 2010.

“¿Chipre? ¿Qué es Chipre? Recuerdo que tuve que mirar en el mapa…”, dice Ander Murillo, ex Athletic y ahora defensa del AEK Larnaca. Puede que algún jugador del Madrid también haya tenido que mirar el mapa. José Mourinho, por lo pronto, otro día confundió el Apoel con el Anortosis cuando le preguntaron qué le parecía su rival de mañana en ‘Champions’. “Yo jugué contra ellos hace tres años contra el Inter y ya estaban en ascensión a nivel europeo. Cada equipo que va a jugar allí sufre”, dijo el técnico del Madrid.

Aquí se cobra entre un 30 y un 40% más que en Segunda en España” Arnal Llibert, delantero del Alki Larnaka

El Apoel, el Anartosis en su día y el AEK Larnaca que este año ha jugado la Liga Europa han puesto a Chipre en el mapa futbolístico europeo. Los españoles que juegan allí hablan de un campeonato de buen nivel en el que se juega un fútbol mucho más lento pero donde la calidad de vida y la tranquilidad económica son garantizadas. “Se cobra al día”, dice Arnal Llibert. “A pesar de la crisis, no hay grandes problemas de pago. No creo que haya más de cuatro equipos que puedan tener problemas en ese sentido”, asegura Murillo. Y sin embargo, Chipre es uno de los países con más denuncias por impago en la FIFA.

El campeonato terminó ayer. Se lo disputan 14 equipos entre septiembre y marzo. Ahora empiezan los playoffs –mes y medio más de competición-. Se juegan las plazas a las previas de Champions (1), de la Liga Europa (2) y evitar eel descenso. “Los que no se juegan nada, los equipos entre la quinta y la octava plaza, juegan por dinero: unos 17.000 euros por partido ganado”, explica Arnal Llibert. Coinciden todos en que la isla vive del fútbol. “Hay una casa de apuestas en la esquina de cada pueblo”, cuenta Murillo. El gobierno subvenciona los equipos de fútbol. Es una manera de dar a conocer el país. Y lo están consiguiendo. El Apoel lo está demostrando este año. Tiene un grupo de jugadores que lleva mucho tiempo jugando juntos”, añade. “Lo primero que me dijeron cuando llegué aquí es que en Chipre los equipos están bastante relacionados con la política. Mi equipo, el Omonia, siempre ha sido de izquierdas, otros siempre han estado más bien vinculados a la derecha”, cuenta Iago Bouzón, ex del Celta y del Recreativo y en Chipre desde 2010.

El gobierno subvenciona los equipos de fútbol, es una manera de dar a conocer el país” Ander Murillo, defensa del AEK

¿Y la afición? “Recuerdo que cuando llegué al aeropuerto había 5.000 personas esperándome y muchas se habían metido dentro con bengalas… La afición se parece a la griega y a la turca. Cuando las cosas van bien, cojonudo. Cuando empiezan a ir mal, son unos extremistas”, relata Bouzón. En Chipre todo el fútbol internacional se televisa en abierto. Hay seis periódicos deportivos y tertulias en la tele a diario. Los estadios difícilmente se llenan. El más pequeño, el del Anagennisi, puede acoger a 2.000 espectadores y el más grande, el del Apoel, 22.800. “Es difícil llenarlos… la gente vive en la calle. Las tiendan cierran entre las seis y las siete, todos se juntan en los bares y están más pendientes del café y de la apuesta de que de ir al estadio”, cuenta Llibert.

El único futbolista local de referencia es Ioannis Okkas, capitán de la selección, que también militó en el Celta. “Son los extranjeros los que suben el nivel”, coinciden todos. Eso ha tenido dos efectos: las instalaciones no han crecido a la misma velocidad que el campeonato, y hablar de cantera es como hablar de nieve en Sevilla. Los equipos de la parte alta de la tabla tienen hasta cuatro campos de entrenamientos, pero los de abajo no llegan a tanto. “Hay academias de fútbol para niños, pero no sé si a eso se le puede llamar cantera… El fútbol aquí lo hacen los extranjeros”, analiza Murillo.

La diferencia de nivel respecto a Europa se nota mucho” Iago Bouzón, defensa del Omonia

De los 14 técnicos de Primera, solo seis son chipriotas, el resto vienen de fuera. “La diferencia de nivel respecto a Europa se nota y mucho: en los entrenamientos, en el ritmo mucho más lento y también en los conceptos tácticos”, afirma Bouzón. Pero manda la calidad de vida y la tranquilidad económica.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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