Un rastro de oro sucio en Mataró
En la Operación Skype se identificó al campeón olímpico Ramzi comprando EPO
La carrera de Rashid Ramzi ha sido ciertamente guadianesca y misteriosa.
Aparecido de ninguna parte, el atleta nacido en Marruecos en 1980 y con pasaporte de Bahréin desde 2002 ganó sorprendentemente el oro en los 800 metros y en los 1.500 metros del Mundial de Helsinki 2005. Después se lo tragó la tierra. Un par de reuniones y regreso a la cueva, a las montañas del Atlas, donde se entrena habitualmente. Si corrió poco en 2006, media docena de carreras (en Roma dejó su marca en 3m 29,14s), menos aún lo hizo en 2007, lo justo para ganar una medalla de plata en el Mundial de Osaka y el mítin de Bruselas. Fiel a una costumbre que no dejaba de despertar sospechas entre todos sus rivales, sin dejarse ver antes, apareció en agosto de 2008 por Pekín, ganó el oro olímpico de los 1.500 metros, compitió en Zúrich y su rastro se borró del mapa.
Pero no hay misterio que no llegue a verse deslumbrado finalmente por la luz. En abril de 2009, el Comité Olímpico Internacional (COI) informó de que el primer campeón olímpico de Bahréin sería desposeído de su título al dar positivo por EPO. En mayo, Ramzi comenzó a cumplir una sanción de dos años y aunque se habló de un posible regreso en el pasado Mundial de Daegu, de él no volvió a saberse nada. Se le suponía perdido en el Atlas.
Tras una sanción
Pero ayer su figura, su historia, volvió a emerger. Una nota de prensa de los Mossos d’Esquadra sobre la Operación Skype —la trama de dopaje dirigida por el médico Alberto Beltrán, que fue detenido con productos dopantes para caballos y ratas, y está en prisión desde el 7 de marzo— relata que hace una semana detuvieron en el aeropuerto de Girona, procedente de Marraquech, a El Mostafa Younès, exatleta marroquí, entrenador de atletismo y hermano de uno de los nueve detenidos a comienzos del mes. Y dice también la nota que a Younès, de 34 años, ya lo habían detenido fugazmente en septiembre de 2011 al salir de la tienda de Mataró denunciada en su momento por José Luis Blanco con tres jeringas de EPO CERA y acompañado del presunto destinatario de la sustancia: Rashid Ramzi en persona, según fuentes policiales; “un atleta que había dado positivo con la misma sustancia en Pekín y que había cumplido su sanción unos meses atrás”, según la nota de los Mossos. “Ambos tenían previsto marchar a Marruecos el día siguiente”.
De Ramzi no figura registrado ningún resultado en ninguna competición desde el 29 de agosto de 2008, pero el Comité Olímpico de Bahréin cuenta con él para los Juegos de Londres, a los que llegaría con 32 años. “Pero siempre que consiga buenos resultados y el COI lo acepte”, según precisó hace semanas a Associated Press su presidente, el jeque Ahmed bin Hamad Al Jalifa.
Younès, por su parte, siguió tras su detención con sus actividades en la red de dopaje de Beltrán, un trabajo que incluía, según los Mossos, el transporte de sustancias dopantes desde el centro operativo de Mataró. Un destino era Marruecos, donde decenas de atletas de todo el mundo se entrenan en la región de Ifrane, en la altura del Atlas. Otro centro de distribución, y lugar de cita con el doctor Beltrán, lo tenía fijado la trama en un hotel de Torrejón de Ardoz, junto al aeropuerto de Madrid, un lugar que a los investigadores policiales les recordó inevitablemente los tiempos en que Eufemiano Fuentes pasaba regularmente consulta en la habitación 101.
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