El cañón de Cristiano

Doce kilos en 45 días de entrenamiento. Es lo que perdió Ferenc Puskas en julio de 1958. Le había prometido a Santiago Bernabéu que se pondría a punto para empezar bien la temporada. Puskas llegó al Madrid con 31 años. Cristiano, con 24. El portugués y su físico de atleta no necesitaron ninguna puesta a punto. Ni adaptación. En dos temporadas y medias, las que lleva en Chamartín, Cristiano ha conseguido entrar en la lista de los 10 máximos goleadores del Real Madrid (junto a Raúl, Di Stéfano, Santillana, Puskas, Hugo Sánchez, Gento, Pirri, Butragueño y Amancio…). El sábado marcó su gol número 100 y también el 101 en Liga en su 92º partido con la camiseta blanca. El portugués ha acabado destrozando el viejo récord de Puskas. El húngaro tardó 105 partidos para marcar el gol 100.

“Mira que Puskas le pegaba fuerte… pero lo de este chico es un cañón. Le pega tan fuerte que cualquier día de estos igual la pelota sale del campo y me va a romper alguna ventana”, contaba Gento, que vive al lado del Bernabéu, en marzo de 2010, durante la presentación de la final de la Champions. Cristiano llevaba nueve meses en el Madrid. Cerró esa temporada con 26 goles. El año pasado fueron 40 y ahora lleva 35. “Es una burrada. Si sigue con este ritmo, va a batir los récords de todos. Es increíble lo que hacen Messi y él”, asegura Carlos Santillana.

Gento: “Puskas la colocaba mejor, pero no la pegaba tan fuerte ni se atrevía con la derecha”

Cristiano es el prototipo del futbolista moderno: su físico parece salido de un ordenador, golpea con las dos piernas; reunió a 80.000 personas el día de su presentación en el Bernabéu; es la imagen de varias marcas; su novia es una modelo famosa… Puskas era el prototipo del otro fútbol, en el que se podía jugar incluso con un poco de barriga. Cuando la invasión de Hungría por la URSS (noviembre de 1956), Puskas, de camino a Bilbao para jugar un partido de Copa de Europa, desertó junto a algunos compañeros. Fue acusado de traidor de la patria (no pudo volver a su país hasta 1981) y la FIFA le sanción con dos años de suspensión. Cuando llegó a Madrid llevaba casi dos años sin disputar un partido. “¡Estaba embarazado el hombre!”, bromea Amancio. Y añade: “Tenía problemas de peso, pero tenía tanta calidad en esa pierna izquierda que ni necesitaba adelgazar”. Ni él, ni Pirri, ni Santillana se acuerdan contra quién marcaron su gol 100. “Hoy todos son estadísticas. En nuestra época lo importante era ganar títulos”, confiesa Santillana. Amancio afirma que, además, era más complicado jugar. “Te inflaban a patadas. Te daban de medio cuerpo para arriba para que no cojearas. Los árbitros ni se atrevían a sancionar. No había cámaras, como ahora, para corregir los errores de los colegiados. Por eso Puskas era un monstruo. Su pierna izquierda era un espectáculo”.

A Puskas le llamaban Cañoncito Pum. A Cristiano le llaman CR7. Uno fue desertor de la patria. El otro dejó su Madeira natal con 16 años, se marchó a Inglaterra con 19 y cuando llegó al Madrid ya era una estrella mundial. Paco Gento se queda con la potencia del portugués y el golpeo del húngaro. “Puskas la colocaba mejor pero no le pegaba tan fuerte y no se atrevía con la derecha. El portugués sí le da bien con las dos piernas”. Pirri dice que Puskas era un goleador nato. Cristiano lleva 101 tantos jugando de extremo. “No se parecen en nada. Puskas cogía una velocidad tremenda en pocos metros. No he visto a nadie con esa visión delante de la portería, siempre estaba con la cabeza levantada para ver dónde se colocaba el portero”, asegura Pirri. Amancio destaca el poderío físico del portugués: “Es un jugador poderoso. Tiene una condición física tremenda y un golpeo extraordinario con la derecha y con la izquierda. Dios dirá dónde va a llegar…”.

Di Stéfano necesitó 216 partidos de Liga para alcanzar los 100 goles; Raúl, 215; Santillana, 234; Hugo Sánchez, 133; y Butragueño, 236; Puskas, 105. El Cañoncito dijo adiós al fútbol con 39 años. En el Madrid marcó 238 goles, 156 de ellos solo en Liga. Cristiano lleva 131, 101 solo en Liga. Y todavía no ha terminado su tercera temporada.