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FÚTBOL | 29ª JORNADA DE LIGA

Más fútbol que patadas

La visita del Granada evoca el debut de Cruyff y la violencia de Aguirre Suárez, pero también los goles del ‘pichichi’ Porta

Porta, 'pichichi' de la Liga en 1972.
Porta, 'pichichi' de la Liga en 1972.DIARIO AS

El 30 de agosto de 1970 llegó a Granada el futbolista, Aguirre Suárez, que marcó para siempre la historia del Granada. Sus desmanes dieron fama al cuadro rojiblanco de sucio y pendenciero. Suárez, que procedía del Estudiantes de La Plata, toda una universidad en las malas artes, no era un desconocido. Un año antes fue uno de los protagonistas del vergonzoso partido de vuelta de la Copa Intercontinental contra el Milan, “la mayor matanza que haya visto en un campo de fútbol”, según declaró Nereo Rocco, el técnico del conjunto italiano. Por sus agresiones a los rivales, Aguirre y sus compañeros Manera y Poletti fueron expulsados y, a denuncia del gobernador de la provincia de Buenos Aires, arrestados y condenados a 60 días de cárcel.

A Aguirre le cayeron además 30 partidos de suspensión en la Liga argentina y cinco años de inhabilitación en Sudamérica. Con tales antecedentes, Cándido Gómez, el presidente de aquel Granada, se lo trajo a Los Cármenes tras vulnerar la ley —se dio por bueno que no había jugado nunca con Argentina— y se mangoneó en busca de orígenes españoles en sus ancestros hasta el punto de que en su primera rueda de prensa, al advertir de que sus padres eran de Pamplona, un periodista le preguntó: “¿Así que son navarros?”. “No; de navarros, nada. Son de Pamplona”, respondió airado. Según el testimonio de antiguos compañeros, llegó a España con cinco pasaportes en sus maletas.

Pero la memoria de los que disfrutaron de aquel equipo entrenado por Joseíto reivindican otros valores. De aquel grupo hablan también los goles de Porta, que en 1971 fue pichichi; las carreras de Vicente, la elegancia de Falito y la brega de Barrios. Así lo evoca en el libro Los años del Pichichi. Mitos, luces y sombras de la mejor historia del Granada el periodista Ramón Ramos, que vivió aquellos años como estudiante de COU. Aunque no niega los desmanes de Aguirre Suárez, que “habitó en un territorio fronterizo del reglamento del fútbol, los limites sin ley”, y le señala como origen de una actitud que contagió a sus compañeros hasta convertir aquel equipo en “un despliegue de maldad insolente”, lamenta el cronista, y como él muchos en Granada, la creencia de que aquel equipo escribió su página más gloriosa siendo factor decisivo la violencia del central. “Mantenerlo como verdad histórica es un atropello a la razón”, concluye Ramos.

Aquel equipo ganó al Barça (2-0), al Madrid (2-1) y marcó cinco goles a Iribar

“Sí, se les iba la pierna, pero no es justo que aquel Granada haya pasado a la historia por esas patadas. Jugábamos bien al fútbol”, insiste en su recuerdo De la Cruz, que militó dos temporadas en el conjunto rojiblanco antes de ser traspasado al Barça. Habla de Barrios, Lasa, Vicente, Pla, Dueñas, Falito, Santos…, futbolistas que justifican por qué Porta, un delantero menudo, de apariencia frágil —“tenía un imán en el área”, dice De la Cruz— logró 20 goles y fue pichichi.

De la Cruz vivió aquel curso glorioso, el de la temporada 1971-1972, cuando el Granada, con un presupuesto de 40 millones de pesetas, terminó sexto en la Liga, con 36 puntos, sin perder un encuentro en Los Cármenes, la mejor clasificación de su historia. Inexpugnable en su estadio, en ocho días el Granada ganó sus partidos ante el Barça (2-0) y el Madrid (2-1) y marcó cinco goles al Chopo Iribar. En 1971, también, el Granada se ganó el derecho, un honor popular, de considerarse el campeón de Andalucía solo porque aquella temporada superó al Málaga, séptimo; al Betis, 13º, y al Sevilla y el Córdoba, que descendieron a Segunda. Fue cuando más equipos andaluces militaban en la máxima categoría. Según un estudio de 2006, aquel plantel que hizo historia tendría hoy una tasación de 36 millones de euros.

Ese Granada quedó señalado por las acciones violentas de Aguirre Suárez, que contagiaron a más de un compañero, como Fernández. “No puede venir Cruyff y traemos a estos…”, llegó a exclamar Miguel Muñoz tras una batalla en el Bernabéu. El Granada pasó a la historia del Barça en aquellos años por una casualidad: fue el primer rival que conoció Cruyff a su llegada a España. En el encuentro del debut del holandés jugó De la Cruz, pero con el Barça. “Antes del partido, mis excompañeros del Granada me preguntaban si ese tal Cruyff era tan bueno como se decía. ‘Es mejor, ya lo veréis’, les dije yo”, recuerda De la Cruz, que niega haber pedido a Aguirre Suárez que tuviera clemencia con Cruyff. “El Flaco volaba”, replica; “sabía que no le cazarían”. Cruyff marcó dos goles aquel 28 de octubre de 1973.

El recuerdo de De la Cruz y Porta y el de César, que jugó dos años en el Granada antes de recalar en el Barça, pesa más en muchos aficionados al fútbol que el de Aguirre Suárez.

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