Más veloz en los talleres que en la pista
Los mecánicos de Ferrari, a diferencia de 2011, ganan en rapidez a todos los demás
Cuando pisó la hierba en la segunda eliminatoria de la cronometrada del sábado y su Ferrari se quedó clavado en la grava, Fernando Alonso no podía ni imaginarse que ayer sería capaz de remontar ocho posiciones, desde la 12ª en la parrilla hasta la quinta, subido a un coche que lleva por el camino de la amargura tanto a los pilotos de Ferrari como al pelotón de ingenieros y técnicos de Maranello.
Alonso ganó cuatro plazas (Webber, Hulkenberg, Ricciardo y Vergne) en la primera curva; dos más en la segunda vuelta, cuando Maldonado encimó a Grosjean rompiendo al Lotus la suspensión delantera; se colocó el quinto en la décima gracias al abandono de Schumacher (rompió el cambio del Mercedes) y cuarto en la 14ª al ganare la partda a Rosberg en el cambio de neumáticos. Esa misma jugada se la hizo Webber a él (38ª vuelta) cuando el coche de seguridad salió a la pista, dejándole a merced de las fauces de Maldonado, que puso de relieve que el Williams es en estos momentos más rápido que el Ferrari y que solo dejó de acosar al español cuando perdió la trasera del bólido en la salida de un viraje y terminó estampado contra la pared.
El resultado final de Alonso salva los muebles del equipo italiano, pero no camufla la flojera del F2012, que en muchos momentos de la prueba llegó a perder cerca de un segundo por vuelta en comparación con los Red Bull y los McLaren empleando la misma especificación de gomas. “Ahora mismo nos falta mucho para luchar por la victoria. Eso es algo que no se puede esconder”, reconoció el ovetense. “Hemos salvado más puntos de los que pensábamos. Nos puede venir bien que no haya un solo dominador en las primeras carreras como lo fue Vettel en 2011”, añadió Alonso. “En un segundo igual hay 12 coches. Eso supone que mejorar dos o tres décimas es más importante que en el pasado porque te puede permitir superar a seis o siete rivales. Ese es el objetivo con vistas a Malasia”, recalcó el ferrarista.
Esa velocidad y ese ritmo que le faltó al monoplaza les sobró a los mecánicos. Ferrari fue, de media, el equipo más rápido en los talleres, una operación que en 2011 también se le atragantaba y que, con entrenamiento y material (el bólido incorpora unas tuercas nuevas que facilitan el quita y pon de la rueda), ha conseguido dominar.
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