Rubén, héroe 'granota'
Torres aprovecha un excelente disparo de falta del medio y el Levante vence al Villarreal en el descuento (1-0)
El Ciutat de València despidió al pequeño Rubén como a un héroe: llevado a hombros por el gigante Iborra, abrazado por los niños, aclamado por el público granota. Rubén Suárez, mediapunta zurdo asturiano, de 33 años, hijo de Cundi, exjugador del Sporting, entró en el último tramo para darle otra victoria a su equipo a través de un golpeo de falta espectacular. El balón golpeó en el palo antes de entrar y Xavi Torres lo envió al fondo. Rubén intervino esta vez en el tiempo de descuento. Con el exterior de la zurda y desde el pico del área izquierda. Un disparo celestial unido a una larga lista de tantos de falta que, entre él y Barkero, han llevado al Levante más lejos de lo que nadie podría imaginar. Ante un Villarreal atormentado por las desgracias. Justo cuando se sentía ganador, pues había llegado más entero al último trecho, Marchena lo metió en el hoyo. Entró también como Rubén en el último cuarto, pero con otro resultado: cometió un par de faltas seguidas, recibió dos tarjetas y de esa última infracción mandó a su equipo al infierno. También porque Molina hizo un cambio absurdo en ese instante: retiró a Nilmar, uno de los dos integrantes de la barrera, por Camuñas. Y la barrera se evaporó ante el tiro supersónico de Rubén: se agachó Camuñas. Demasiado castigo para un Villarreal sacrificado y solidario en busca de un punto que le hubiera dado un respiro anímico.
Fue un partido espeso. En la primera parte, si hubieran desaparecido las porterías, nadie lo habría notado. Tal fue el rechazo a mirar de frente al portero contrario. Se perdieron en un intercambio de golpes y bravuconadas. Deactivado Barkero, al Levante le faltó ritmo, fluidez en la circulación del balón y movilidad. De ahí que JIM mandara calentar a Farinós en el descanso. Lo mejor de la primera parte granota fueron un par de acciones defensivas de Ballesteros, superando por habilidad y fortaleza la presión de los delanteros para sacar jugando el balón.
Levante, 1 - Villarreal, 0
Levante: Munúa; Javi Venta, Cabral, Ballesteros, Juanfran; Valdo, Xavi Torres, Iborra (Farinós, m. 70), Barkero (Rubén, m. 67); Ghezzal (El Zhar, m. 83) y Koné. No utilizados: Keylor, Navarro, Farinós, Del Horno, Pedro López.
Villarreal: Diego López; Mario, Zapata, Musacchio, Oriol; Senna, Bruno, Castellani (Marchena, m. 70); Nilmar (Camuñas, m. 91), Marco Ruben, Mastinuccio (Hernán Pérez, m. 79). No utilizados: César, Gonzalo, Ángel y Jaume Costa.
Goles: 1-0. M. 92. Rubén golpea de falta directa y Xavi Torres empuja el cuero en la línea de gol.
Árbitro: Clos Gómez. Expulsó a Marchena por doble amarilla (m. 90). Amonestó a Zapata, Valdo, Javi Venta, Castellani, Martinuccio, Juanfran, Hernán Pérez y Nilmar.
12.171 espectadores en el Ciutat de València.
El Villarreal, que sorprendió con un 4-3-3 valiente para su delicada situación en la tabla, tampoco pudo conectar con sus tres delanteros: Nilmar, Marco Ruben y Martinuccio. A pesar de intentarlo a través de pases largos, a fin de aprovechar la velocidad de sus puntas. No pudo. El cuadro de Molina estuvo partido en dos: siete defendiendo y tres atacando. Sin conexión entre ellos. Sin centro del campo, en definitiva.
Por distintas razones, los dos sufrieron un atasco en la medular. El aburrimiento fue ganando terreno y ni siquiera el pique entre Koné y Musacchio pudo combatirlo. Una jugada de estrategia a la salida de un córner animó en el arranque del segundo periodo al Levante, que iba creciendo. Solo el viento racheado desplazó el disparo de Valdo. Duelo de titanes junto a la cal del carril izquierdo: Juanfran, de 35 años, le echó una carrera a Senna, de 36, cuerpo a cuerpo durante 30 metros. Se impuso el valenciano, dueño de una fortaleza descomunal, a pesar de ser él quien conducía el balón.
JIM buscó más fluidez con la entrada de Farinós al tiempo que Molina trató de cerrar su puerta con Marchena. El partido se abrió. Impulsado por la omnipresencia de Senna, el Villarreal llegó más fresco al tramo final. Y cuando Nilmar le arrebató la cartera a Munúa en el saque del portero, el asistente, con mejor perspectiva que el árbitro, había dado validez a la acción, anulada por el juez principal. El Levante se dedicaba a sobrevivir, como tantas veces, hasta que Marchena se disparara al pie. Y Rubén devolviera la felicidad a la hinchada granota.
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