Wiggins, el ciclista científico y sentimental
El británico presenta su candidatura al Tour después imponerse en la París-Niza 45 años después de Tom Simpson
A los 32 años, por fin, Bradley Wiggins habla claramente del Tour. Habla de la victoria, por supuesto. Más acostumbrado a lo largo de su carrera a preguntas que considera absurdas –del tipo: ¿Por qué llevas el pelo a lo Paul Weller? ¿Eres así de pijo? ¿Vistes siempre de Paul Smith? ¿Por qué haces rodillo después de las etapas, antes del podio?-, el ciclista inglés, en las nubes tras su victoria final en la París-Niza, se siente ya legitimado para hablar de ciclismo, para exigir que le traten como a un ciclista más en las conferencias de prensa. “No sé si soy el gran favorito”, dijo el corredor que, educado en la pista, ha seguido año a año, sacrificio a sacrificio, una transformación espectacular que le ha hecho hasta escalador, casi. “Pero sí que soy uno de los cuatro o cinco que pueden ganar el Tour. La París-Niza, y no quiero minusvalorarla, no es más que un escalón más. Debo seguir esta progresión hasta julio”.
Que Bradley Wiggins, alto, rodador de potencia y cadencia –y gracias a ello selló su victoria con el triunfo parcial, por 2s, en la cronoescalada al col d’Èze-, sabe de la historia del ciclismo y ama la París-Niza lo prueba la pasión con que declina su vida de niño que empezó a querer ser ciclista viendo al irlandés Sean Kelly de blanco en las laderas del col d’Èze, con vistas al mar y a Niza, el sentimiento con el que desgrana, como saboreándolos en la boca, los nombres de los que fueron campeones en Niza. “Es un honor estar ahí arriba junto a Tom Simpson”, dijo, recordando al primer inglés, y hasta él, único ganador inglés de la París-Niza, en 1967, pocos meses antes de morir en las laderas del Ventoux. “Es emocionante seguir las huellas de Simpson, las de otros grandes en la lista de ganadores, Hinault, Merckx, Indurain…”. No es casualidad, seguramente, que estos tres se hayan hecho grandes ganado cinco Tours. “He ganado la Dauphiné y la París-Niza, he quedado cuarto en un Tour, tercero en la última Vuelta…”, dijo Wiggins. “Estoy seguro de que ya estoy con los mejores”.
A Wiggins, a sus aspiraciones de grandeza, cuando estaba en el Cofidis –hijo de un australiano, nacido en Gante (Bélgica), donde su padre se afincaba en invierno para participar en las pruebas de Seis Días, emigrado con su madre y su padrastro a Londres, Wiggins entró en el ciclismo profesional por la puerta francesa-, no le tomaban en serio los colegas galos. Era un freakie en cierta forma a quien solo atendió el pelotón cuando empezó a correr en equipos de cultura anglosajona (Columbia, Garmin, el Sky de ahora), caracterizados por una visión mítica y científica a la vez del ciclismo. El jefe del Sky, David Brailsford, el hombre que ‘inventó’ la pista en el Reino Unido, fue, por supuesto, su pareja perfecta, el entrenador que le ha enseñado a correr con una hoja de cálculo en la cabeza, táctica que tan bien le ha ido en la París-Niza, una carrera en la que marcó las diferencias en la contrarreloj inicial, su especialidad y en la que sacó 29s a Alejandro Valverde, que se preveía que sería su rival más peligroso. “No temo la subida de Mende”, dijo la víspera de la que debería ser la principal dificultad de su plan para ganar la prueba. “Se reducirá a un esfuerzo de 10 minutos. Da igual que sea subiendo o en llano”. Y no se sabe si fue ese planteamiento mental el que le permitió resistir a la rueda de Valverde toda la ascensión, o fue, más bien, que el murciano, del que se esperaba un ataque fulminante, estaba enfermo ese día, con fiebre y mal de la garganta, según relató más tarde la gente de su equipo. Con la ayuda grande de Urán, su peón en la montaña, el resto de la París-Niza, hasta su victoria final, fue más tranquila. “Y este año aún puedo mejorar, pues estaré a un 95%, aún no estoy en mi peso-Tour”, dijo. “Tengo aún mucho trabajo por delante, la Volta a Catalunya, una concentración en altura…”.
Valverde y España lideran los ránkings mundiales
Ránking a 11 de marzo: 1. Valverde, 167 puntos. 2. Wiggins, 112. 3. Gerrans, 110. 4. Westra (Holanda), 92. 5. Tiago Machado (Portugal), 72. 6. Simon Spilak (Eslovenia), 62. 7. Michael Rogers (Australia), 61. 8. Tejay van Garderen (EE UU), 51. 9. Arnold Jeannesson (Francia), 40. 10. Jan Bakelants (Bélgica), 40. Por naciones: 1. España, 205 puntos. 2. Australia, 193. 3. Reino Unido, 112. 4. Holanda, 92. 5. Bélgica, 91. Por equipos: 1. Sky, 207 puntos. 2. Movistar, 192. 3. RadioShack, 149. 4. GreenEdge, 111. 5. Vacansoleil, 105.
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