Jefferson, el velocista que educó Roque Santa Cruz

Ocho horas después de jugar su mejor partido con el Betis ante el Madrid, Jefferson Montero (Babahoyo; Ecuador, 1989) volvía a correr la banda en la ciudad deportiva del conjunto verdiblanco. Titular en el emocionante duelo ante el conjunto de Mourinho, Jeff, como lo conoce todo el vestuario, realizó un trabajo más suave que el resto de sus compañeros en la sesión dominical. Se marchó antes que sus colegas para disfrutar del espléndido día en Sevilla. Justo al revés de lo que ha sido su vida en los últimos dos meses, cuando se hartó de hacer horas extras a la conclusión de cada jornada de trabajo. Junto al entrenador, Pepe Mel, y al segundo, Roberto Ríos, Montero, un prodigio de velocidad y desborde, como demostró ante Marcelo, uno de los mejores laterales del mundo, trabajó durante horas y horas el centro al área con ambas piernas y, sobre todo, el disparo a gol. “Ya hemos conseguido que haga el primer gol de la temporada. A partir de ahora espero que sus goles nos sirvan para algo”, indica Mel, todavía dolido con un resultado (2-3) que no premió la valiente apuesta del conjunto verdiblanco frente al líder de la Liga. Montero juega cedido en el Betis por el Villarreal, que lo fichó cuando militaba, también cedido, en el Dorados mexicano. Se fue haciendo futbolista en el Villarreal B y llegó a debutar en el primer equipo.

Ya hemos conseguido que haga el primer gol de la temporada. A partir de ahora espero que sus goles nos sirvan para algo Pepe Mel

“A nosotros nos gustaba desde hace tiempo porque tiene algo que vale mucho en el fútbol como es el uno contra uno y una velocidad impresionante. Es muy joven y tiene un gran margen de mejora. Pepe (Mel) ha trabajado mucho para hacerlo más competitivo. A lo largo de la Liga, hacía muchas cosas, pero culminaba pocas. Ha mejorado mucho en esa faceta”, indica Vlada Stosic, director deportivo del Betis. “Juega cedido con nosotros, pero el Villarreal no nos dio opción de compra. De todas formas, él está muy a gusto en Sevilla y muy comprometido, por lo que hablaremos con el Villarreal”, añade Stosic.

En esas horas de prórroga al trabajo diario, los técnicos del Betis encontraron un aliado con Jefferson. Se trata de Roque Santa Cruz. El paraguayo es el mejor amigo del ecuatoriano en el vestuario bético y a él acudió Jefferson ante su negación ante la portería contraria. Por eso, cuando batió a Iker Casillas con un potente derechazo desde dentro del área, el ecuatoriano se fue como una flecha al banquillo para buscar a su amigo Santa Cruz. “Es como si fuera su hermano mayor”, aclara Mel. Día tras día, el paraguayo le ayudó a mejorar su disparo a puerta y a saber elegir bien el momento de chutar o centrar. La mejora en su juego se fue plasmando en los partidos con el Sevilla, el Athletic o el Zaragoza. Ante el Madrid ofreció su mejor versión en los 22 partidos que ha jugado con el equipo andaluz, 20 de Liga y dos de Copa.

Montero, a sus 22 años, ha sido internacional en 15 ocasiones con Ecuador y es un auténtico ídolo en su país. Así se demuestra cada vez que se mueve por el barrio de El Cerezo, en Sevilla, lleno de población ecuatoriana, adonde acude de vez en cuando para comer en uno de los establecimientos de comida de su país que afloran en ese barrio de inmigrantes y trabajadores. Allí forma un auténtico revuelo cada vez que asoma su menuda figura. Es una de las pocas aficiones que se le conoce en la capital andaluza. Otra es dormir siestas eternas. Una tercera, utilizar con frecuencia su cuenta de twitter. “¿Cuántos porteros había en el campo en el partido contra el Madrid?”. Así rezaba su último mensaje en las redes sociales.