Paul Auster, loco por Lin
El escritor reflexiona sobre la incidencia de la nueva estrella de los Knicks, el base que estudió en Harvard
Al afamado escritor Paul Auster (Newark, 1947) le gusta el béisbol, es de los New York Mets, pero también siente fascinación por el baloncesto. A pesar de ser originario de New Jersey hace mucho que actúa como neoyorkino de pro y no esconde su condición de fan de los Knicks, algo que como muchos otros ha llevado con discreción. Pero ahora todo ha cambiado. En su reciente presencia en Barcelona con motivo de la presentación de su último libro Diario de Invierno (Anagrama), Auster aprovechó un descanso para hablar de béisbol (decía sentir la muerte de Gary Carter, miembro del Salón de la Fama), pero sobre todo para hablar de los Knicks y de su estrella rutilante: Jeremy Lin.
“Este chaval es un genio, Lin es un genio”, decía efusivamente Auster, tras sus sempiternas gafas oscuras de aviador. Confesaba estar “entusiasmado” con el base. Para el autor de Leviatán es “asombrosa” la capacidad de Lin para “anotar bien, pasar bien, subir bien el balón… lo hace todo”, exclama mientras abre los brazos en éxtasis. Auster confiesa que en Nueva York el fenómeno Lin no es solo deportivo, sino que ha aumentado de alguna manera la autoestima de la ciudad. “Y este año los Giants ya les dieron fuerte a los Patriots en la Superbowl, ¡estamos en racha!”, bromea el escritor para añadir: “Y si además ganas a Boston mucho mejor, porque vaya paliza nos dieron los Celtics en los pasados playoffs”, recuerda.
A Auster le va el deporte y aunque intenta no abandonar su perfil de intelectual postmoderno, no puede disimular, es un auténtico fan de los Knicks, orgulloso por primera vez en años. “La culpa de todo la tiene Lin”, indica. Los números de este prodigio son dignos de consideración: 14,4 puntos por partido y 5,8 asistencias. Pero para Auster no es solo eso: “Tiene chispa y la contagia, hace jugar al equipo entero. Mira que está pasando con Amare (Stoudamire) o (Carmelo) Anthony, juegan mejor. Hasta ahora estos dos solo hacían que tirar sin pensar en los demás. Ahora hay un equipo, y es gracias a este chico”.
Además, otro elemento que fascina al creador de La Trilogía de Nueva York es que “ha salido de la nada”. Y matiza. “Bueno, sale de Harvard y eso lo convierte en un tipo peligroso”, y suelta una carcajada. Tampoco hace ascos a que Lin sea un californiano en Nueva York. “Lo que es sorprendente es que salga de la nada y se demuestre tan rápido que es un genio”, mantiene. ¿Cómo Messi? “Ah, el del fútbol, sí. ¿También sale de la nada? Pues entonces también, pero es que Lin es un genio”. Palabra de Auster.
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