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Un poco de oficio basta

El Getafe se lleva un punto de Sevilla ante un Betis con fútbol, pero sin gol

Rafael Pineda
Montero centra el balón entre varios jugadores del Getafe
Montero centra el balón entre varios jugadores del GetafeJOSÉ MANUEL VIDAL (EFE)

En el duro camino por hacerse competitivo, al Betis le falta todavía un puntito, algo de cuajo para transformar en victorias partidos como el que disputó ante el Getafe, equipo que con muy poquito se llevó un punto de Sevilla. Esa madurez que acaba por separar a los equipos grandes de los pequeños y que se traduce, al fin y al cabo, en la calidad de sus jugadores de ataque y el control de los partidos cuando se logra un marcador en ventaja. Y más en casa. Después de un primer tiempo muy trabado el conjunto andaluz se soltó en la segunda mitad, logró adelantarse en el marcador con un golazo de Jorge Molina y, despistado, cedió un empate en un chispazo del Getafe justo tres minutos después del gol bético. Un balón en largo que Varela, en posición dudosa, aprovechó para ceder a Güiza. Dorado acabó por hacerse el tanto en propia puerta. Imperdonable si se quiere crecer. Dos acciones que marcaron el choque, por más que al Betis le quede el consuelo de lamentar las tres claras ocasiones que tuvo para llevarse luego el partido. Rubén Castro, enorme en Zaragoza, falló, al igual que Santa Cruz y Montero, que no pudo culminar su partidazo con un gol. A su empuje le faltó el último pase, la definitiva acción de calidad que decanta los partidos.

Betis, 1 - Getafe, 1

Betis: Fabricio; Nelson, Paulao, Dorado, Nacho; Juanma (Pereira, m. 71), Iriney (Cañas, m. 68), Beñat, Jefferson Montero; Rubén Castro y Jorge Molina (Santa Cruz, m. 60). No utilizados: Casto; Mario, Matilla y Pozuelo.

Getafe: Moyà; Valera, Cata Díaz, Miguel Torres, Mané; Barrada (Diego Castro, m. 46), Casquero, Lacen, Gavilán (Sarabia, m. 67); Miku (Alexis, m. 89) y Güiza. No utilizados: Codina; Pedro Ríos, Juan Rodríguez y Arizmendi.

Goles: 1-0. M. 51. Jorge Molina. 1-1. M. 54. Dorado, en propia puerta.

Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Casquero, Barrada, Juanma, Valera, Santa Cruz, Güiza, Miku y Miguel Torres.

42.160 espectadores en el Benito Villamarín.

El Getafe, con menos llegada, con buenas hechuras, se defendió bien y pescó en una jugada aislada. Se llevó un empate, el que buscan y encuentran jugadores con muchos partidos en Primera a sus espaldas. Si algo tiene el Getafe es oficio, por más que se presentara en Sevilla con la losa en las alforjas de acumular tres partidos sin conocer el triunfo. A este oficio le acompañó un minucioso estudio del Betis, en especial de las virtudes del juego en ataque de un equipo que depende mucho del manantial que supone Beñat. Por eso Luis García, un técnico que se las sabe todas, mandó que Lacen comandara una presión insistente sobre el vasco, ayudado por una defensa muy adelantada. Los dos factores atosigaron al Betis, que echó de menos a su mejor pasador, Salva Sevilla, sancionado.

Taponado el Betis y satisfecho el Getafe con su producción defensiva, el partido se convirtió en una acumulación de jugadores en un corto espacio del centro del campo, donde solo un chispazo de calidad y verticalidad podía derrumbar las posiciones iniciales. En el Betis, el único futbolista capaz de alterar el orden instaurado era Jefferson Montero, con alguna que otra carrera. El tedio que al final nace de partidos tan equilibrados, de esos que denominan tácticos, apenas fue roto por un buen disparo lejano de Güiza que sacó Fabricio. También Molina, en una acción aislada, fue capaz de romper la línea del fuera de juego para encarar a Codina. Miguel Torres, central circunstancial por la grave lesión de Lopo, reaccionó con rapidez. Apenas dos detalles ante tanta imprecisión, ante tanta falta para cortarle el ritmo al contrario. Lo llamativo es que los cuatro delanteros que se alinearon por cada bando parecían aburridos, desconectados, hartos de un fútbol que apenas contaba con ellos.

Mucho más ritmo se vio en la segunda mitad. En especial porque el Betis, bien conducido por Montero, incansable hasta que reventó, decidió jugársela. Tras un robo suyo, Jorge Molina recibió un balón en ventaja para incrustarlo de gran disparo en la red. Curiosamente, el alicantino iba a ser sustituido por Santa Cruz, quien debió esperar en la banda algunos minutos. El Getafe encajó el golpe y reaccionó con un chispazo. El Betis, desmelenado, lo siguió intentando, a oleadas, con buen fútbol, pero sin tino, desaprovechando una acción tras otra de ataque. Los de Luis García, entonces, respiraron y se salvaron de la derrota. Empate y objetivo cumplido.

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