Un reto doble
El Barça busca su tercer título seguido y el Madrid, que bate el récord de triples (14), ganarlo por primera vez desde 1993
El estadounidense Audie Norris peina canas. Atomic Dog, el pívot de Jackson, Misisipi, tiene 51 años y se ha asomado al Palau Sant Jordi para reencontrarse con viejos amigos y observar a los herederos de su dorada etapa en el Barcelona y de paso disfrutar de la final (18.00, Teledeporte), que es un clásico que enfrentará por tercer año seguido en el partido decisivo a su exequipo y al Real Madrid. En lo que no repararon ni Norris ni muchos de los asistentes al torneo es en que la última vez que el Real Madrid le ganó una final de Copa al Barcelona fue hace 23 años en A Coruña. Allí estuvo Norris, junto a Epi, Solozábal, Jiménez y compañía, y allí perdieron por 85-81 ante el Madrid de Petrovic, Biriukov, Fernando Martín y Romay. Cuatro años más tarde, en 1993 y también en A Coruña, el Madrid, con Sabonis, Biriukov y Simpson, volvió a ganar la final, su 22º título copero, ante el Joventut (74-71). Pero desde entonces, desde hace 19 años, el equipo madridista no ha logrado añadir más copas del Rey a sus vitrinas.
Está claro cómo buscará el equipo blanco romper esa sequía: ayer, contra el Banca Cívica de Sevilla, rompió el récord de triples en un partido de la competición (14, por los 13 anteriores), superó el absoluto en conjunción con su rival andaluz (25, por los 23 precedentes) y mejoró el de anotación en un tercer cuarto (30 puntos, por los 28 previos) en la historia de la Copa del Rey.
El Madrid, que está empatado a 22 títulos con el Barcelona, por los ocho del tercero, el Joventut, corre y tira para refrescar su homérico palmarés.
El Barcelona, sin embargo, se ha plantado en la final con la pretensión de sumar su tercer título consecutivo. Y en este trecho su hegemonía sobre el Madrid en el torneo resulta asombrosa. El conjunto azulgrana ha ganado las cuatro finales en las que se enfrentaron en el siglo XXI: la de 2001 en Málaga (80-77); la de 2007, también en Málaga (69-53), y las dos últimas, con Ettore Messina en el banquillo madridista y Xavi Pascual en el azulgrana, en 2010, en Bilbao, (80-61); y en 2011, en Madrid (68-60). Además, el Barcelona le cerró el paso al Madrid tres veces en semifinales (1991, 1994 y 1996) y cuatro en cuartos de final (2000, 2003, 2004 y 2009).
La esperanza para el Madrid se basa en que esta temporada ha cambiado su estilo de juego y de la mano de su nuevo entrenador, Pablo Laso, consiguió ganar el clásico en la Liga, el 4 de enero en el Palacio de la Comunidad, por 78-74. Aquel día Carroll y Tomic sumaron 16 puntos cada uno, Carlos Suárez, 11, y Pocius, 10. Todos ellos forman parte de la nueva generación de jugadores con la que el Madrid intenta revertir la hegemonía del Barça, que esta temporada ya consiguió el primer título en juego, la Supercopa, al vencer en la final al Caja Laboral.
“Será una gran final”, se felicitó Xavi Pascual, técnico azulgrana, quien vivió un partido tensísimo contra el Caja Laboral en semifinales. “Ha sido muy duro. Al final, hemos sacado carácter y lo mejor de nosotros”, se despidió.
“Xavi Pascual ha conseguido crear un gran equipo a través de un grupo de grandes jugadores”, valoró Pablo Laso, su homólogo en el Madrid. “Le tengo un gran respeto. Ha ganado muchos títulos y ha sido capaz de transmitir una filosofía de club y de equipo incluso por encima de esos grandes jugadores”, añadió. “Cuando te enfrentas a un equipo con tantas virtudes, tan largo, tan sólido, que llega con tanta confianza como el Barcelona, es difícil decir una clave. Diría que el rebote, pero a lo mejor ganamos en el rebote y perdemos. Vamos a tener que hace un partido muy bueno”.
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