El Barça se airea
Guardiola levanta el veto a sus futbolistas, con la agenda repleta de actos
“No hay entrevistas”, dijo Guardiola pocos días antes de ganar la Supercopa de España al Madrid. El motivo por el que prohibió a sus jugadores charlas individuales con los medios y actos sociales no está claro, pero lo cierto es que los jugadores del Barcelona llevan desde el inicio del curso bajo la ley impuesta por su entrenador, que no da explicaciones: “Lo he decidido así”, dijo un día. Según las fuentes, varían las razones: “Pensó que el inicio de la temporada era un momento complicado, les necesitaba centrados”, admite el entorno. “Jugábamos contra el Madrid, veníamos de un final de temporada muy duro, y quería protegerles desactivando altavoces”, convienen otros.
El caso es que los jugadores, salvo excepciones —léase Messi, que por algo es Messi—, solo han hablado en la sala de prensa, en la zona mixta o, como pretendía el entrenador, durante su paso por las selecciones. Desde entonces, en cualquier caso, raro ha sido el día en que no ha comparecido alguien para dar explicaciones: 80 conferencias de prensa de futbolistas y 96 de Guardiola.
El técnico, aprovechando los primeros días del año sin partido entre semana, abre la veda. Y desde el domingo, al término del partido ante el Valencia, los jugadores pueden hablar con quien quieran y atender actos sociales, publicitarios o benéficos, que de todo tienen: el lunes Xavi acompañará a Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de su Fundación, ante una decena de niños beneficiarios del programa de superación de la pobreza infantil; y el miércoles acudirá a un acto con Garmin, empresa de GPS. También el lunes Piqué presenta la colección de verano de Mango e Iniesta tiene otra campaña publicitaria; además, el manchego entregará el dinero obtenido por la comercialización de un libro solidario a la fundación Sanfilippo el jueves, antes de acudir a la sede de los veteranos; en la misma semana Mascherano tiene una grabación con Nike, Thiago un acto en la tienda del Barça... y así, casi todos.
Mientras, a quien espera el club es a Guardiola. Desde que empezó el año raro es el viernes que alguien no anuncia que a la semana siguiente Guardiola comunicará al presidente si acepta la renovación o cierra cuatro años extraordinarios. Nadie en el club desea una respuesta diferente a la prolongación del contrato, tampoco el presidente, Sandro Rosell. Ni, por supuesto, los jugadores. Incluso Messi lanza inputs dentro y fuera del club para que renueven a su entrenador. Guardiola, si ya ha tomado la decisión, no la ha hecho pública. “Cuando lo decida, lo sabrá el presidente”, dice, consciente de que el club tiene un plan B y preocupado como está ahora por dar solución a las bajas de Alves y Mascherano.
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