El Obradoiro anticipa los sustos coperos

Ocho equipos, siete partidos y un campeón en cuatro días. Esa es la exitosa fórmula copera que se pone de nuevo en marcha esta semana en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Durante bastantes años, las sorpresas fueron una constante. A las primeras de cambio, alguno de los grandes caía en la cuenta de que le sobraba tanta maleta para afrontar un torneo del que era despedido a las bravas. El tópico fue cierto y sigue vigente -así lo van a propagar en sus declaraciones los favoritos y los no favoritos-, aunque en los últimos tres años sorpresa, lo que se dice sorpresa, ni una.

Hay que remontarse a 2008 para encontrar una derrota del Barça ante el Bilbao, entonces un equipo lejos de su potencial de ahora, pese a que precisamente este año se le ha escapado el tren de la Copa. Y también aquel año sorprendió el Joventut, que eliminó al Madrid en las semifinales y al Baskonia en la final. Claro que, visto en perspectiva, hay que tener en cuenta que en aquel Joventut jugaban nada menos que Ricky Rubio y Rudy Fernández. La sorpresa fue solo relativa.

En el cartel de esta Copa en el Palau Sant Jordi, sobre el papel, cuatro equipos son muy superiores al otro cuarteto. En los cuartos de final debería prevalecer el caché de Caja Laboral, Barcelona, Real Madrid y Unicaja, frente a rivales de inferior rango en teoría: Lagun Aro, Lucentum Alicante, Fuenlabrada y Banca Cívica Sevilla. Al respecto, la paliza que le dio el Madrid ayer al Banca Cívica en Sevilla (63-98) no vaticina mayores imprevistos, aunque al equipo de Joan Plaza le faltaba una pieza básica, su máximo reboteador y anotador, Paul Davis.

El Madrid, tras sus últimos tropezones ante el Bilbao, en la Liga Endesa y en la Euroliga, estaba necesitado de una actuación convincente, en la que varios de sus jugadores reencontraran buenas sensaciones, caso de Suárez, Velickovic y Llull, los mejores junto a Felipe Reyes y Mirotic.

El Barcelona tampoco dejó lugar a dudas en Badalona (52-79). No está bien el Fiatc Joventut, pero eso no socava la mejora que se observa en el juego del equipo de Xavi Pascual, especialmente inspirado en los triples -12 le clavó a La Penya-, con mención especial para dos habituales, Navarro y Lorbek, y también de Rabaseda, un jugador que por fin dio la medida de lo que se espera de él. El Unicaja salió de su dinámica perdedora con un triunfo en Valladolid (76-83). La sorpresa la dio el Blusens, el Obradoiro, que ganó en la prórroga al Caja Laboral (89-87). De cara a la Copa, ese sí fue un aviso para los grandes.