"Todo lo que podía dar ya lo he dado"
Mengual se despide: "He hecho feliz a la gente y hemos reinventado la sincronizada"
Al son de la pausada e intimista versión de Yesterday cantada por Ray Charles, con su hijo Nil de año y medio en brazos, en medio del tremendo tumulto por la acumulación de cámaras y periodistas, con sus compañeras de la selección española en las primeras filas, Gemma Mengual leyó, nerviosa pero serena, los párrafos con los que puso punto y final a la fabulosa trayectoria que la ha convertido en una de las mejores deportistas de la historia. Con 34 años, con 39 medallas en las máximas competiciones internacionales, incluida una de oro en el Mundial y dos de plata en los Juegos Olímpicos, declamó más que leyó: "Es un día muy especial para mí. Tal como sabéis, cierro una etapa y empiezo otra. Y lo hago muy bien acompañada, por compañeras, amigos, periodistas, directivos. Es un privilegio. Mi padre se prejubiló el mes pasado, después de más de 40 años de trabajo, y os puedo asegurar que no tenía tantos micros ni tantas cámaras en un momento tanto o más importante. Es una suerte para un deportista poder retirarse con 34 años y con toda la vida por delante para hacer otras cosas. ¿Qué más puedo pedir?".
En medio de un silencio constantemente roto por con el simpático sonsonete de su hijo, en brazos ahora de su padre, Enric, que destensó la carga dramática del acto, Gemma prosiguió : "Me he dedicado a un deporte que me ha hecho feliz y, en el que modestamente creo que he hecho feliz a mucha gente. Me voy porque tengo la sensación de que todo lo que podía dar ya lo he dado. Me voy de la sincro habiendo aprendido muchas cosas, siendo mejor persona y satisfecha porque la sincro es mejor que hace 30 años. Todo lo que hemos hecho, el sacrificio, la perseverancia, la valentía, el compañerismo, ayudarnos todas, una excelente generación de la mano de Anna Tarrés [seleccionadora española], y los entrenadores... Todo ha servido para reinventarnos un deporte. Hemos conseguido que la sincronizada ocupe un espacio impensable en el mundo del deporte y espero que así siga de la mano del magnífico equipo con el que contamos".
Agradeció la ayuda recibida por parte de sus padres, de sus hermanas, presentes en el acto. "Siempre me han animado y me han hecho sentir que podía llegar muy lejos. En los momentos malos, he aprendido a ser más fuerte. Las hemos visto de todos los colores, hemos madurado en la vida gracias a este deporte. ¿Quién me iba a decir cuando empecé hace 25 años, cuando soñábamos con medallas, con los Juegos Olímpicos, que los sueños se iban a hacer realidad?".
Gemma, tras retirarse a finales de 2009 y ser madre un año y medio después, decidió regresar con el objetivo de disputar los que hubieran sido sus cuartos Juegos Olímpicos en Londres. Pero el pasado mes de diciembre, un día antes de emprender viaje para competir con el equipo, se dio cuenta de que ya nada era igual. "Fue el día clave. Tuve una sensación de insatisfacción, de infelicidad. Había decidido volver, pero algo me decía que no me sentía realizada, que ya no me llenaba. Cuando me despedía de Enric y de Nil, vi que no quería continuar".
Su nueva ocupación profesional a partir de ahora es todavía una incógnita. "Tengo un camino por delante que no sé dónde me llevará, pero sea donde sea, lo quiero es que sea con la gente que quiero", afirmó. Vaticinó que, dada su relación de toda la vida con el deporte, es probable que continúe en alguna tarea relacionada con el mismo y no descartó ni formar parte del equipo técnico que trabaje con la selección en los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano ni dedicarse a entrenar. Admitió que le han quedado retos por conseguir, un oro olímpico sobre todo. "Pero la vida es así", se consoló. "Siento orgullo y me siento privilegiada de que se piense que soy una de las mejores deportistas españolas. Formar parte de esta historia y de un deporte como el nuestro me llena de satisfacción". Los Juegos eran el objetivo. "Tenía el gusanillo de volver". Pero al mismo tiempo se dio cuenta de que la decisión de retirarse en este momento era la más idónea. "Porque el mejor momento es cuando el deportista lo ve claro, cuando siente una liberación, cuando se siente feliz. Encontraré que me falta algo, la adrenalina y otras cositas..., pero llega un momento en que te cansas de la exigencia de la responsabilidad, la competición... Y cuando te cansa, te cansa".
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