“Fue una final tan fea como emocionante”
La estrella española, hoy un veterano en un equipo rejuvenecido, recuerda la frustración de la final
Freixa i Escudé son dos apellidos ilustres en la historia del hockey hierba, sobre todo en Terrassa (Barcelona), cuna del deporte del stick. Ambos tienen fuerza de sobras para funcionar por separado. Juntos en una misma persona resultan reconocibles a nivel mundial: Santi Freixa i Escudé (Terrassa, 1983), nieto del fundador del Atlètic Terrassa y sobrino de cuatro internacionales, es uno de los iconos del hockey hierba: fue elegido el mejor jugador de la última edición del Trofeo de Campeones y, con Ramon Alegre, formó parte del equipo de las estrellas 2011. A los aficionados aún les escuecen las lágrimas de los jugadores españoles en el podio de Pekín 2008. Tenían la medalla de plata colgada del cuello y lloraban porque un gol les había separado del oro (0-1).
Pregunta. ¿Todavía le dura la amargura?
Respuesta. Ahora, cuando pienso en el momento, me parece mágico. Entonces, en cambio, fue frustrante. Únicamente sientes lo que te han quitado, lo que has perdido, no lo que se ha ganado. Aquella fue una oportunidad histórica para ser campeones olímpicos. Nunca se sabe si la volverás a tener.
P. ¿El partido contra Alemania fue igual de frustrante?
R. Exacto. Hubo un momento en que ya no supimos qué más teníamos que hacer para romper la muralla de Alemania. Pusimos el máximo interés, le dimos mil vueltas al encuentro, jugamos al ataque, y no hubo manera de que los alemanes cedieran. Les alcanzó con un gol que defendieron hasta las últimas consecuencias. Lograron bloquearnos con su defensa, su disciplina, su tranquilidad. Fue una final tan fea como emocionante.
P. Usted, como goleador, apenas tuvo ocasiones.
Aquella fue una oportunidad histórica para ser campeones olímpicos. Nunca se sabe si la volverás a tener
R. Aunque tuve un par de recepciones en el área, no me dieron ni la oportunidad de pasar ni de chutar. Me encontré rodeado de alemanes, todos muy bien puestos y cerrados, te negaban el espacio. Únicamente pude ganarme un remate de revés, después de un buen movimiento, muy rápido, y la pelota no llegó ni a la portería porque se interpuso el stick de un defensor.
P. El oro se resiste después de tres medallas de plata: 1980, 1996 y 2008.
R. Somos muy competitivos, sobre todo si comparamos el número de fichas que hay en España respecto a Holanda, Alemania o India. Jugamos contra gigantes, pero nuestra cultura de clubes es muy buena y los jugadores son cada vez más completos: se ha mejorado en la preparación y se compite tanto en equipos nacionales como extranjeros. La gente sale más, estudia idiomas, conoce otras culturas y su enriquecimiento personal repercute positivamente en la selección.
P. Dani Martín ha sustituido a Maurits Hendricks. ¿Cómo ha asimilado la selección el cambio de entrenador?
Aquella fue una oportunidad histórica para ser campeones olímpicos. Nunca se sabe si la volverás a tener
R. El trabajo de Maurits fue muy interesante porque supo combinar sus cualidades con las de los jugadores y se formó una muy buena selección. Al técnico, como buen holandés, le distinguía su disciplina y experiencia, capacidad para innovar y estructurar un equipo, mientras que en los internacionales había una buena materia prima por su juventud, talento y creatividad. La mezcla explotó para bien. Ahora, con Dani, somos un equipo más irregular a nivel de resultados, cosa natural después del rejuvenecimiento que se ha llevado a cabo. No hay posibilidad de transiciones en el deporte. Hay talento y ahora se trata de que rindamos de forma más regular y menos extremista. El mismo grupo de gente quedó sexto en el Campeonato de Europa y después disputó la final del Champions Trophy.
P. ¿Cuáles son las aspiraciones en Londres 2012 después de haberse clasificado sin necesidad de disputar el preolímpico por la renuncia de Sudáfrica?
R. No es fácil hacer pronósticos porque las selecciones se igualan cada vez más y se pueden dar toda clase de resultados. Todos los equipos se preparan muy bien, viajan por todo el mundo, los jugadores se implican mucho, y la diferencia entre el primero y el sexto es tan pequeña que los partidos se decidirán por detalles, por momentos. Nuestra prioridad es llegar finos a las semifinales, física y mentalmente, y aspirar a entrar en las semifinales. Hay calidad y, por tanto, la clave está en llegar en un buen punto de forma, muy finos, y optar a uno de los cuatro puestos del cuadro de honor.
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