"Nos hemos ganado el derecho a que todo sepa a poco"

Al entrenador del Barça le pasó en Leverkusen más o menos lo mismo que al equipo en Pamplona. Al principio estuvo más triste que serio, muy lacónico. Aunque no parecía atormentado ni se le veía incómodo, el tono de su voz era apagado y las respuestas resultaban convencionales, alejadas de la fuerza que acostumbran a tener en situaciones complicadas, como hace poco en Mestalla o el año pasado en el Bernabéu. Hasta que de forma progresiva, Guardiola comenzó a entrar en calor, a recuperar su discurso pedagógico, para concluir con una frase lapidaria. "Nos hemos ganado el derecho a que todo sepa a poco".

No fue el mensaje motivador ni retador que tuvo después de derrotas anteriores, sino una reflexión sobre la trayectoria de un equipo al que los triunfos se le dan por descontados y, por tanto, no sabe conjugar el verbo perder. "Ahora parece que si no ganamos la Champions será un fracaso", argumentó, "como si resultara la cosa más sencilla del mundo". "No entiendo esa idea de que como hemos perdido un título, ganaremos otro", abundó. "Nada más empezar el año ya se nos exige que ganemos los seis títulos después de contar 13 sobre 16. No es fácil convivir con esa sensación, pero nos la hemos ganado nosotros, ha sido por nuestros éxitos. Así funcionan los procesos en el fútbol. Hemos sido el equipo más competitivo del fútbol mundial durante los últimos cuatro años".

El currículum le permitió al entrenador azulgrana defender decisiones como el once que formó en el Reyno de Navarra: "El único poder que tengo es el de hacer la alineación y lo ejecuto impecablemente por lo que veo, huelo, siento. Me pagan para escoger. Y mi prioridad es competir siempre bien, en cada partido. Hay razones de peso por las que decidí la formación que salió a la cancha en Pamplona. He dejado fuera a jugadores importantes y he apostado por otros en situaciones complicadas. Lo he hecho 20 millones de veces. Lo que ocurre es que como ganábamos, no pasaba nada. Aunque me la reservo, yo tengo más información que ustedes para decidir al respecto". Y, todavía disgustado por la derrota con Osasuna, que deja el Barça a 10 puntos del Madrid, agregó: "Yo puedo incidir en ciertas cosas, y admito que no estuvimos suficientemente bien durante la primera parte, pero no se nos puede pedir más de lo que hicimos en la segunda; es imposible". "Lo que pasó es que solo lo hicimos durante 45 minutos y necesitamos 90. A lo largo de las cuatro temporadas que llevamos, hemos dominado el juego en todas sus facetas y aspectos, y llegados a tal extremo, no hay sitio ni siquiera para el azar. El azar no entraba, no le dábamos espacio, así que debemos volver al punto de perfección inicial. No hay que olvidar que siempre tuvimos que ir a ganar la Liga al Bernabéu".

"¿Qué tiramos la Liga?", se repreguntó; "no es que me moleste. Sabemos que después de ganar lo que hemos ganado, de la manera que hemos competido, no hemos tirado nunca nada, sino que hemos jugado con honestidad y lo seguiremos haciendo. No hay competición más importante que otra, ni tampoco partido".

Así las cosas, al Barcelona le conviene centrarse en el partido de mañana contra el Bayer Leverkusen en la ida de los octavos de final de la Champions. "Si les dejamos correr, son más fuertes que nosotros", explicó el técnico del Barça. "Saben generar contras, dominan la estrategia y son alemanes. Jugar contra ellos siempre supone un riesgo, porque si no tienes el control del juego, te generan problemas; en un cuarto de hora son capaces de crearte cinco ocasiones sin darte cuenta. Nunca se dan por vencidos. Para nosotros es vital marcar".