El gol como hábitat natural
Cristiano, pichichi con 27 tantos, ha pasado de marcar 0,40 goles por partido en el Manchester a 0,97 en el Madrid
Uno de cabeza. Otro de penalti. Y un zambobazo con efecto desde fuera del área. Es el repertorio de goles que mostró Cristiano ayer en el Bernabéu contra el Levante. Ya suma 27 en Liga. A estas alturas de la temporada pasada (la que terminó con 40 goles) llevaba tres menos, 24. Nadie duda de que pueda volver a batir ese récord histórico. Más si se tienen en cuenta dos cosas: su estado de ánimo -ahora el portugués da la sensación de estar disfrutando- y su crecimiento.
Desde que llegó a Chamartín, un caluroso día de verano de 2009, su promedio goleador se ha disparado. En sus seis temporadas en el Manchester marcó 118 tantos en 292 partidos. Es decir, una media de 0,40 por encuentro. En el Madrid marcha a casi un gol por partido: 119 en 122 encuentros, un promedio de 0,97.
"Nos ha acostumbrado tanto a esas cifras que hasta parece normal. Pero no lo es en absoluto", comentó anoche Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del club. Nadie en Liga marca tanto como Cristiano; nadie marca tanto en casa y fuera. Messi suma 23 goles (cuatro menos y solo cuatro como visitante por los 11 del portugués). Falcao e Higuaín, terceros en la clasificación del pichichi, llevan casi la mitad de los goles del portugués (14). En Europa, más de lo mismo. Van Persie, el mejor pichichi de las grandes Ligas, lleva 22 con el Arsenal en Inglaterra (Mario Gómez, del Bayern Múnich, suma 18 en Alemania; y Di Natale 17 en el 'calcio' con el Udinese).
Cristiano ha aprendido a disfrutar. Y el público de Chamartín ahora disfruta de un jugador más solidario. Cristiano está feliz. Se le ve hasta en el peinado. Ya no lo luce aplastado con gomina, sino con algo de cresta para arriba. Cristiano sonríe, y hasta deja tirar una falta a Xabi Alonso. Cristiano marca y se va al banquillo a buscar a su entrenador y al cuerpo técnico para abrazarse a ellos -"ellos saben por qué, he querido ir a darles un abrazo porque estamos haciendo muy bien las cosas"-, dijo a los micrófonos de Canal Plus nada más terminar el partido contra el Levante.
Cristiano es feliz porque actúa como uno más del equipo. Ya no es solo él. También existen los demás: Özil, Benzema, Higuaín... (de los 27 tantos del portugués, 13 han sido gracias a jugadas colectivas). A Cristiano, que desde fichó por el Madrid solo ha ganado una Copa y ha visto como Messi ganaba todos los 'balones de oro', ya no le puede la ansiedad. Disfruta de un equipo que aventaja al Barcelona en 10 puntos en la Liga. A nadie más que a él le hace sentir más cómodo ese colchón.
El portugués, que vive permanentemente bajo los focos, hasta parece sonrojarse delante de ellos. En la entrevista a pie de campo, anoche en el Bernabéu, fue incapaz de mirar a cámara. Solo levantó la mirada al final, cuando le preguntaron qué sentía cuando el Bernabéu coreaba su nombre -lo hicieron en más de una ocasión-. "Mucha alegría", dijo con una naturalidad extraña en él. Los pitos ya son cosa del pasado. Cristiano disfruta de su hábitat natural: el gol.
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