Nunca es tarde para algo de magia
A los 32 años, Ferrero remonta ante Kukushkin y gana por segunda vez en su carrera un partido a cinco sets en la lucha por la 'ensaladera', en la que España domina 2-0 a Kazajistán
Es un hombre frente a una pesadilla. A los 32 años, Juan Carlos Ferrero compite con una pierna vendada y Mijail Kukushkin, su rival en el duelo inaugural de la primera ronda de la Copa Davis, tiene un break de ventaja en la quinta manga. Peor. Seguro que en la mente del exnúmero uno del tenis mundial habita un monstruo que debe agigantarse en ese preciso instante, vocecita maliciosa que le recuerda que solo ha ganado uno de los seis partidos discutidos en el quinto set mientras perseguía la ensaladera, que en esa larga distancia perdió los dos duelos que disputó en la final de 2003, ante Australia, y que allí donde manda en el circuito se bloquea en la Copa Davis. Kukushkin pega y pega, envalentonado por su ventaja. Ferrero, rema. Se defiende. El Abuelito, que le llaman en el vestuario, sufre, aprieta y gana por 6-1, 4-6, 7-6, 4-6 y 6-4 en 4h 28m. Nunca es tarde para algo de magia en la Davis, en la que España domina (2-0) a Kazajistán en la primera ronda tras la victoria (6-3, 4-6, 6-1 y 6-1) de Nicolás Almagro contra Andrey Golubev.
"Sabe a gloria. Ganar para España en la Davis siempre es muy emocionante y emotivo. He hecho un esfuerzo que ha valido la pena", dice luego ante las cámaras de televisión Ferrero, el ahora número 48, que hoy (15.00, Teledeporte) verá cómo Marc López y Marcel Granollers buscan el punto definitivo frente a los kazajos Korolev y Schukin. "Estos partidos son muy largos. No imaginaba que fuera tan duro. Un jugador tan anárquico, en tierra, suele fallar más", prosigue. "Es el primer partido que he ganado este año. Muy importante", cierra, señalando el arma con el que el kazajo defendió sus posibilidades en el partido, seriamente perjudicadas por su segundo saque (solo ganó el 43% de esos puntos) y porque dejara escapar una ventaja de 4-0 y servicio en la tercera manga, finalmente ganada por El Mosquito. "¡Eres un campeón! ¡Eres un campeón!", le gritaba Àlex Corretja, debutante en el banquillo del mejor equipo del siglo XXI.
Desde 2000, España ha ganado cinco ensaladeras, la última en 2011. Kazajistán, el primer equipo que reta a la campeona en 2012, se enfrenta a una auténtica montaña, por mucho que sus tenistas estén más cualificados de lo que indica su ranking. La selección no cede en una eliminatoria en casa desde 1999 (cayó ante el Brasil de Kuerten), acumula 21 victoriosas seguidas como local y 23 ganadas consecutivamente sobre la tierra batida.
Corretja, huérfano, hasta que el calendario ofrezca mejores ocasiones, de Rafael Nadal y David Ferrer, dos de los cinco mejores tenistas del planeta, afronta la renovación del equipo con una curiosa mezcla: la pausa del veterano Ferrero se suma al volcánico carácter del talentoso Almagro, al esperanzador Granollers y al debutante López, un estimable doblista que tiene 29 años.
Estos dos últimos tenistas pueden tener un papel principal en esta eliminatoria para España. Suya es la misión de hacer olvidar a Feliciano López y Fernando Verdasco, una pareja tendente a los extremos en lo bueno y lo malo, marcada por sus altibajos.
Para Granollers y López, debutantes como pareja en la Davis, la lección de Ferrero, que cerró en Oviedo una herida proporcional a su larga carrera. Nunca es tarde para que la magia de la ensaladera ilumine una jornada y la grabe en el recuerdo.
Bien lo sabe el estadounidense John Isner, que ayer, en Suiza y sobre tierra, con todo en contra, certificó el 0-2 de su país al vencer por 4-6, 6-3, 7-6 y 6-2 a Roger Federer, de vuelta al grupo mundial por primera vez desde 2004.
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