"Tello es una bala"
Guardiola alaba el trabajo del chico de Sabadell y Dos Santos: "Hoy son más sabios"
Alertada por el frío siberiano, la hinchada acudió muy preparada al partido y el club incluso dispuso gorro, guantes y bufanda para que sus empleados pudieran combatir las bajas temperaturas. El termómetro, en cualquier caso, rondó los cero grados y hubo futbolistas, como el capitán Puyol, que jugaron, como es su costumbre, con manga corta. No fue para nada la noche más fría del Camp Nou. Aunque no sobraba el abrigo, no hizo falta sacar la manta, ni se añoró la petaca ni el tabaco. La noche fue plácida.
Se habló, y mucho, de la barba pelirroja de Messi, espoleado por su público, nada acostumbrado a verlo tres partidos seguidos sin marcar; ayer, en el cuarto, rompió la sequía. Lo logró a falta de unos 20 minutos para el final, cuando la grada temía más el empate que la goleada, y eso que era el Barça el que tenía la pelota y las ocasiones, y Messi, con peor suerte de la habitual, encadenaba un intento tras otro al borde del área. Era el Barça el que se había construido una autopista en el carril izquierdo, por donde percutía insistentemente Tello, explosivo y con el gatillo preparado.
El de Sabadell, de 20 años, había debutado en la Liga en la anterior jornada, contra el Villareal, después de haberlo hecho también en la Copa del Rey contra L'Hospitalet, al que le marcó dos goles. Ayer, sin embargo, era su primer partido como titular en la competición doméstica. Y a su brillante actuación -dio 55 pases, 47 buenos- añadió el gol que abrió el marcador, el tercero en su casillero con el primer equipo. "Hemos trabajado mucho por conseguir esta victoria, ya la necesitábamos. Esta liga se tiene que luchar hasta el final. El mister me había pedido que profundizara y eso he intentado: en el filial jugamos igual, solo que aquí lo hacemos con jugadores de más calidad. En el momento del gol Mesi me había dejado solo, lo único que he hecho ha sido meterla", declaró el jugador al finalizar el partido, un chico al que el Espanyol le ofrecía ficha del primer equipo, pero este la rechazó por esperar una oportunidad en el filial. "Agradecemos que no fichen a jugadores, así tenemos alguna oportunidad", declaró en BarçaTV.
A Guardiola se le agotaban los elogios al ser preguntado por el futbolista: "Cristian es un extremo puro, tiene algo que es muy difícil de encontrar: es una bala. Lo ha hecho muy bien". Las numerosas ausencias y el estado de forma de los titulares habituales, tan castigados con minutos, propiciaron la alineación de jugadores como Tello o Dos Santos. "Es lo que hay", terciaba el técnico; "al final, dos chicos más como Jonathan y Tello han jugado un partido de muchísima tensión. Ahora mismo ya son dos jugadores más sabios. Algún día podrán ayudar al equipo y si llegan lo harán a coste cero y si el club los vende sacará un dinerillo".
No tuvo tanta suerte Busquets. Tras el tanto de la Real el técnico optó por el de Badía, que no estaría ni cinco minutos en el campo. Cuando luchaba un balón con Carlos Martínez, Busquets, con la pierna derecha a ras del suelo y el rival con el pie por delante en busca del esférico, sintió como aquel le clavaba la puntera. Los gritos de dolor se correspondían con las imágenes: Cesc se llevaba las manos a la cara, Guardiola se inquietaba en la banda y una profunda brecha, de unos cuatro centímetros, se abría por debajo de la rodilla derecha del medio. Lo aparatoso de la herida alarmó más de lo deseado a sus compañeros, si bien no es más que un corte muy feo -herida inciso-contusa en la cara interna de la rodilla-, que necesitó unos puntos de sutura.
"Nos hemos asustado mucho, creíamos que se había roto", confesó Valdés. "A pesar de la reputación que tiene, si Busi se queja de esta manera... Cuando he visto que Cesc se ponía las manos en la cabeza he pensado lo peor, creía que tenía una fractura. A ver si llega para el miércoles", se tranquilizó Guardiola, que tiembla solo de pensar en alguna lesión más; de hecho, anunció que Alexis no solo se resiente de la clavícula, sino que tiene una "pequeña lesión en el aductor".
Al encuentro acudieron al final 52.646 espectadores, lo que supuso la peor entrada en la Liga. Únicamente en la jornada de Champions contra el Bate Borisov hubo menos espectadores. El frío ahuyentó a la gente. La noche, sin embargo, resultó bastante más llevadera de lo que se presumía después de las previsiones meteorológicas. Extrañó que no se tuviera un recuerdo para Fabià Estapé, exdirectivo del Barcelona fallecido esta semana en León, mientras la prensa deportiva, en colaboración con el club azulgrana, evocaba de nuevo la figura del periodista Dani Montesinos.
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