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De la alegría a la angustia

Un Barcelona, al límite y sobreexcitado, sufre para imponerse a la Real Sociedad

La angustia ha desbancado a la alegría en el Barça. Los partidos son muy sufridos, los postes devuelven los remates, los goles tardan mucho en llegar y las lesiones se suceden, como la que sufrió anoche Busquets. No hay ninguna imagen reconocible. Messi, por ejemplo, se ha dejado barba o lleva un par de días sin afeitarse, y la cara de Guardiola parece la de San Juan de la Cruz. Va y viene el equipo azulgrana al compás de Alves, de manera que a una jugada excepcional le sucede el mayor de los errores. Juega el Barcelona al límite, sobreexcitado, y así es muy difícil ganar, tanto da que haga calor como frío. Alcanzar la victoria, fue ayer un calvario.

A Guardiola le gusta recordar que los signos de identidad del Barça son irrenunciables, incluso en situaciones de precariedad como la actual, diezmado como está el equipo por las lesiones, exigido por un calendario que anuncia una semifinal de Copa para el miércoles contra el Valencia. Así que por más rotaciones que se impongan y aun a riesgo de que el entrenador se le vaya la mano, como pareció ayer al dar descanso a medio equipo (Xavi, Busquets, Abidal, Piqué, Alexis), prácticamente nunca falta en la alineación el volante central y los dos extremos. Anoche jugaron Cuenca y Tello, uno en cada costado, y como pivote Dos Santos, un triángulo juvenil al servicio de Messi.

BARCELONA, 2 - REAL SOCIEDAD, 1

Barcelona: Valdés; Alves, Puyol (Abidal, m. 75), Mascherano, Adriano; Cesc, Dos Santos (Busquets, m. 75) (Piqué, m. 82), Thiago; Messi, Cuenca y Tello. No utilizados: Pinto; Xavi, Sergi Roberto y Alexis.

Real Sociedad: Bravo; C. Martínez, M. González, Iñigo Martínez, Cadamuro; Markel, Aranburu; Pardo (Llorente, m. 77), X.Prieto (Agirretxe, m. 82), Ifrán (Carlos Vela, m. 58) y Griezmann. No utilizados: Toño; Demidov, Estrada y Javi Ros.

Goles: 1-0. M. 9. Tello. 2-0. M. 72. Messi. 2-1. M. 73. Carlos Vela.

Árbitro: Clos Gómez. Mostró la tarjeta amarilla a Iñigo Martínez y a Llorente.

52.646 espectadores en el Camp Nou. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas de Port Said.

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"Tello es una bala"

La fórmula funcionó un buen rato porque los dos jugadores de las bandas combinaron bien con La Pulga. Cuenca evoca a Pedro mientras que Tello es un 11 o un 7, tanto da porque hoy se juega a pierna cambiada, un extremo clásico, rápido y desequilibrante, profundo. A la que Messi le puso la pelota al espacio, a espalda del central y el lateral, Tello cruzó sin parar a la red: 1-0. Excepcional como pasador desde la posición de falso 9, al argentino le costó por el contrario encontrar la portería. Muy bien habilitado por Cesc, Bravo le sacó hasta cuatro remates de gol hasta que acertó pasada ya la hora en el quinto y más difícil.

Los futbolistas del filial le dieron intensidad y alegría al juego del Barça, muy bien puesto en la cancha, más académico que nunca: los cuatro zagueros clásicos; tres medios, nada de rombos, y los dos extremos bien abiertos por delante de Messi. Acaso le faltó puñetería y pegada para resolver antes una contienda que gobernaba de manera aseada porque Dos Santos, explosivo por naturaleza, le daba una buena circulación a la pelota, los cambios de orientación se sucedían de forma tan natural como los pases, y el fútbol era fluido y agradecido para los aficionados y exigente para el rival. La Real se paró en su cancha después que Valdés le sacara un balón de gol a Ifrán con 0-0.

Al igual que el Barcelona, los donostiarras también cuidan la cantera y les gusta jugar por las bandas con futbolistas atrevidos. La línea la marcó Puyol, exuberante en su despliegue físico, coreado en cada acción por la hinchada. Los jóvenes centrocampistas azulgrana se dejaban de vez en cuando el cuero, arriesgaban en exceso, y habilitaban a la Real. La incertidumbre duró mucho porque no había manera que Messi metiera su gol, y ya se sabe que el partido es otro sino marca la Pulga. El marcador solo reflejaba el tanto de Tello, debutante en el Camp Nou como titular en la Liga, doble goleador en la Copa.

Menguó paulatinamente el juego del Barça, enganchado al dúo Tello-Messi, y creció en la misma medida la Real. Los dos porteros fueron igualmente exigidos: si Bravo respondía a los tiros de Tello y Messi, Valdés estuvo atento y resolutivo frente a Griezmann. La sensación era que el Barça no cerraría el partido hasta que no marcara Messi, circunstancia que alimentaba las opciones de la Real porque la Pulga no atinó ni después que regatear a Bravo tras una asistencia de Thiago. Aunque le ponía interés y jugaba y combinaba bien, el argentino no conseguía definir, hasta que enganchó a bote pronto un pase cruzado de Alves. Ni con el gol de la Pulga, sin embargo, se serenó el Barça.

Acto seguido, Alves habilitó a Griezmann, y la asistencia del extremo la puso Vela en el arco de Valdés. El gol de la Real desmontó al Barcelona y obligó a Guardiola a recurrir a la vieja guardia: Busquets, Piqué y Abidal. Tampoco encontró alivio sino que los azulgrana acabaron diezmados y achicando balones en el área como nunca se había visto en tiempos de Guardiola. Ya nadie reparaba en los jóvenes sino que se encomendaba a los veteranos, que aguantaron como pudieron, con la hinchada sobrecogida por el juego y no por el frío. Un final dramático y revelador del momento que vive el Barça por lo mucho que le cuesta hacer lo que antes le salía con la mayor naturalidad.

No entra la bola, Messi se deja barba, la cara de Guardiola es un poema y va viene Alves sin parar mientras Busquets se suma a la ristra de lesionados. Resistir es vencer, se animan los optimistas mientras un gato negro cruza el Camp Nou.

Messi celebra el segundo gol del Barcelona.
Messi celebra el segundo gol del Barcelona.DAVID RAMOS (GETTY)
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Un gato espanta el frío

Alertada por el frío siberiano, la hinchada acudió muy preparada al partido y el club incluso dispuso gorro, guantes y bufanda para que sus empleados pudieran combatir las bajas temperaturas. El termómetro, en cualquier caso, rondó los cero grados y hubo futbolistas como el capitán Puyol que jugaron, como es su costumbre, con manga corta. No fue para nada la noche más fría del Camp Nou. Aunque no sobraba el abrigo, no hizo falta sacar la manta, ni se añoró la petaca ni el tabaco. La noche fue tan plácida que se comentó la jugada con la mayor normalidad. Así, se constató que en el Camp Nou vive un gato negro al que ayer le dio por salir al campo y pegarse una carrera de mil demonios, jaleado por los aficionados. También se habló y mucho de la barba pelirroja de Messi, espoleado por su público, poco acostumbrado a verlo tres partidos seguidos sin marcar; ayer, en el cuarto, rompió la sequía. Y extrañó que no se tuviera un recuerdo para Fabià Estapé, ex directivo del Barcelona fallecido esta semana en León, mientras la prensa deportiva, en colaboración con el club azulgrana, evocaba de nuevo la figura del periodista Dani Montesinos. El minuto de silencio del partido fue para los muertos en el partido de fútbol disputado en Egipto.

Al encuentro acudieron al final 52.646 espectadores en la que fue la peor entrada en la Liga. Únicamente en la jornada de Champions contra el Bate Borisov hubo menos espectadores. El frío ahuyentó a la gente. La noche, sin embargo, resultó bastante más llevadera de lo que se presumía después de las previsiones meteorológicas. De hecho, pese al miedo de que las bajas temperaturas helaran el campo, se decidió finalmente regar el césped, tanto antes del encuentro como en el descanso.

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