El Levante se siente vacío
El equipo granota sigue la cuesta abajo ante un efectivo Getafe (1-2)
Ni cuatro minutos finales de épica sirvieron al Levante para arañar al menos un merecido empate. Mucha gente había abandonado ya a la carrera el Ciutat de València cuando Diego Castro marcó el segundo tanto del Getafe (m. 82). El aficionado granota se había acostumbrado al caviar y ya no quiere sucedáneos. La suerte que le acompañó en gran parte de la primera vuelta lo ha abandonado bruscamente. El remate de chilena de Koné se marchó al larguero mientras que el disparo rebotado de Güiza acabó en las redes. Esa fue la diferencia. El Levante llevó todo el peso del encuentro, pero es un equipo exprimido al que le faltan recursos. Trata de recomponerse, pero, con las bajas de Juanlu, Valdo y Barkero, se siente vacío. El Getafe ganó con lo mínimo, aliándose con las circunstancias, que lo favorecieron hasta el final. Hasta en la expulsión y el penalti de Lopo, por desviar un remate con la mano, ya llegó demasiado tarde para los levantinistas.
LEVANTE, 1 - GETAFE, 2
Levante: Munúa; Javi Venta, Ballesteros, Del Horno, Juanfran; Xavi Torres (Iborra, m. 83), Farinós; El Zhar (Jordà, m. 79), Rubén, Botelho (Serrano, m. 68); y Koné. No utilizados: Coronado; Nano, Pallardó y Cabral.
Getafe: Moyà; Varela, Lopo, Cata, Masilela; Barrada, Casquero (Lacen, m. 68), Juan Rodríguez, Gavilán (Diego Castro, m. 60); Miku y Güiza (Torres, m. 84). No utilizados: Codina; Mané, Sarabia y Rubén Pérez.
Goles: 0-1. M. 31. Güiza marca de rebote. 0-2. M. 82. Diego Castro aprovecha un rechace de Munúa. 1-2. M. 90. Rubén, de penalti.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Expulsó a Lopo (m. 90) por roja directa. Amonestó a Barrada, Güiza, Masilela.
9.757 aficionados en el Ciutat de València.
Media hora anodina, con un ritmo muy lento, se rompió con un accidente para el Levante: una ley de la ventaja que le costó cara. Juanfran sufre una falta de Barrada y se queda postrado en el suelo, el Levante sigue la jugada y pierde la pelota, el Getafe contragolpea y Güiza, tras rebotar su disparo en Munúa, marca porque Juanfran, recién levantado, llega tarde a cerrar la defensa.
Demasiado premio para un Getafe contemplativo, esperando al Levante para clavarle el aguijón a la contra. El conjunto de JIM sigue penando la ausencia de sus extremos titulares (Juanlu y Valdo), por mucho que crecieran las expectativas al ocupar la orilla izquierda el recién aterrizado Botelho. Ni él ni El Zhar estuvieron a la altura, dejando otra vez a Koné rodeado de adversarios.
Pese a ir siempre por delante, el lenguaje gestual de Luis García, abriendo y cerrando los brazos, expresaba el disgusto del juego de su equipo, incapaz de salir de su campo, sometido al constante ataque granota. Un ataque unas veces desacertado, como el remate a placer pifiado de Serrano nada más saltar al césped: se le encogió la pierna izquierda. Y otras veces desafortunado.
JIM corría la banda para poner el balón en juego, desesperado por empatar el partido. Pero su energía no se trasmitía al equipo y, en el rival, Diego Castro sí reactivó al Getafe. Jordà perdió la pelota en la medular y Güiza pilló la espalda de la defensa en una nueva contra. Tras el rechazo de Munúa, Castro sentenció el partido. La hinchada local ya estaba desfilando cuando el penalti transformado por Rubén abría una vía épica para la redención. En otro tiempo hubiese sido posible. Ahora no.
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