_
_
_
_

Serbia y Dinamarca disputarán la final

Los anfitriones entran por primera vez en su historia en la disputa del oro, tras superar a Croacia (26-22)

Alrededor de 500 elementos de la fuerza pública, entre policías y ejército, se desplegaron por el pabellón Belgrado Arena y sus alrededores para evitar enfrentamientos entre los aficionados de Serbia y Croacia, estos dos países que formaron parte de Yugoslavia y decidieron cambiar su futuro en una cruenta guerra fratricida. Sus dos selecciones se enfrentaron en un duelo a muerte en el Belgrado Arena en la segunda semifinal del Europeo. Al final, Serbia será quien dispute la medalla de oro a Dinamarca que, anteriormente, había sorprendido a España por 25-24.

La policía estaba en estado de alerta, pero no pudo impedir que se quemase un coche croata, casi en la puerta del restaurante Novak, propiedad del tenista Djokovic, que disputará el domingo la final del Open de Australia. Dos días antes, en Novi Sad, se había producido un incidente parecido, pero allí ardieron dos coches y un tercero quedó también afectado. En las calles de Belgrado se produjeron diversos enfrentamientos entre miembros de las dos aficiones, pero al cierre de esta crónica no se conocía que hubiera habido heridos.

Más información
"Chicos, esto no es más que una piedra en el camino"

En la pista, en cambio, el partido se desarrolló con deportividad, pese a la tremenda igualdad que hubo en el marcador. Hubo una pitada monumental cuando sonó el himno croata, que se repitió más adelante en el lanzamiento de los penaltis contra Serbia o en los momentos en que el partido se estaba decidiendo. Los anfitriones consiguieron una ventaja de dos goles con 16-14 entrada ya la segunda mitad, y la defendieron con uñas y dientes y con un público entregado que presionó constantemente a los colegiados.

La diferencia aumentó hasta el 21-17, más por los errores de ataque de los croatas que por los aciertos locales. Momento en el que el seleccionador Slavko Goluza, ex central de Croacia, pidió tiempo muerto y una gran bandera de Serbia, que abarcaba casi toda una grada, se desplegó ante la aclamación del resto del pabellón.

Croacia no se rendía, se acercó de nuevo. Pero Serbia no estaba dispuesta a dejar escapar la mejor oportunidad de su historia de entrar en una gran final. La ventaja aumentó hasta el 25-20, cuando faltaban poco más de cinco minutos para la conclusión. Aquello estaba decidido. Por primera vez, Serbia se ganó el derecho de estar en la final de un Europeo. Ganó a Croacia (26-22). Lo logró en su casa y con algunas ayudas arbitrales. Sin ellas, la hazaña hubiera sido imposible.

Momir Ilic y Veselin Vukovic celebran el triunfo
Momir Ilic y Veselin Vukovic celebran el triunfoANDREJ ISAKOVIC (AFP)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_