España supera sus lagunas
Los de Rivera superan a Rusia y pasan a la segunda fase con una renta de tres puntos
No hay partido fácil. El teóricamente más complicado, el de Francia en el debut, resultó el más sencillo de la primera fase del Campeonato de Europa de Serbia. En cambio, España sufrió frente a Hungría y no logró más que un empate, y en el último encuentro de su grupo alcanzó una victoria excesivamente sufrida por la poca calidad de su rival. La victoria por tres goles, sin embargo, les bastaba a los españoles para asegurarse el pase a la segunda fase con tres puntos acumulados. Será el equipo que más sume de su grupo.
España se mostró superior a Rusia a lo largo de los 60 minutos. El partido pareció inclinarse claramente para los de Valero Rivera, cuando el equipo alcanzó una ventaja de siete goles (19-12) al poco rato de iniciarse la segunda mitad. Sin embargo, esta selección todavía tiene algunas lagunas. Y fue, precisamente, cuando todo parecía decidido, cuando España atravesó los peores momentos del encuentro. Bastaron un par de patinazos de Sarmiento, dos pérdidas de balón impensables, para que los rusos despertaran y los de Rivera perdieran los papeles.
España, 30 - Rusia, 27
ESPAÑA: Hombrados (Sierra), Tomás (3), R. Entrerríos (4), Sarmiento (1), Aguinagalde (2), Juanín (1), Morros -siete inicial-. A. Entrerríos (3), Gurbindo, Maqueda, Parrondo (6, 4 de penalti), Ugalde (5), Iker y Cañellas (5, 2 de p.).
RUSIA: Grams (Bogdanov), Kovalev (2), Chernoivanov (5), Rastvortsev, Chipurin (2), Koksharov (1), Igropulo (7) -siete inicial-. Filippov, Erokhin, Atman (2), Aslanyan, Shelmenko (3), Dibirov (4), Starikh e Ivanov (1).
Marcador cada cinco minutos: 1-1, 3-4, 7-7, 9-8, 14-8, 17-11 (descanso). 19-14, 21-16, 22-20, 24-22 y 30-27.
Árbitros: Nikolic y Stojkovic (Serbia).
El marcador pasó en cuestión de cinco minutos, de 21-15 a 21-19. El desconcierto era entonces notable y el técnico español optó por llamar a los suyos a filas con un tiempo muerto. Aunque Rusia consiguió acercarse hasta un solo gol (22-21), la filípica de Rivera logró hacer reaccionar al equipo. Volvió la calma, la seguridad de que eran superiores a sus rivales y de que no podían perder el partido.
Era simplemente una cuestión de confianza. Alguien debía recordarles que tenían la solvencia suficiente como para recuperar la compostura, mostrar de nuevo su efectividad defensiva y acometer las acciones de ataque con más movilidad, sin prisas por resolver. Las palabras de Valero ofrecían confianza. Y el equipo reaccionó. Rusia acusó el agotamiento de su siete inicial, mientras que España seguía fresca físicamente. Y cuando logró asentarse de nuevo no tuvo ya dificultad para ganar el partido.
Rusia lo perdió todo. No solo el partido, sino también cualquier posibilidad de clasificarse para los JJOO de Londres, puesto que no accederá a ninguno de los grupos del preolímpico. España, en cambio, dio un paso importante hacia las semifinales. Pero el siguiente partido, el primero de la segunda fase el domingo [probablemente contra Croacia], puede abrirle o cerrarle las puertas de las medallas.
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