España vence al mejor equipo del mundo
Los de Valero Rivera superan a Francia (26-29) tras un final de infarto y se aseguran dos puntos para la segunda fase
Un partido de una extraordinaria seriedad le valió a España para imponerse a la mejor selección del mundo. El equipo de Valero Rivera venció tras un final de infarto a Francia en su debut en el Europeo de Serbia y se aseguró los dos primeros puntos para la segunda fase, puesto que nadie duda de que los galos se clasificarán. Fue una victoria de las que pesan. España aprovechó las dudas que Francia siempre tiene en los inicios de los campeonatos para dominarla desde el inicio del partido y acabar frenando la reacción de los campeones mundiales.
España buscó la victoria desde el primer minuto. Se asentó en la pista con una defensa en 6-0 muy avanzada con salidas hasta los 10 metros, evitando así que los grandes lanzadores franceses encontraran buenas posiciones de tiro. Y en ataque demostró una fluidez impresionante que fue desarbolando la solidez defensiva rival, una de las características básicas del grupo de Claude Onesta. Francia ha ganado los últimos cuatro grandes títulos y es campeón del Mundo, de Europa y de los JJOO. Por eso, la victoria de España adquiere un valor tan trascendental.
FRANCIA, 26 - ESPAÑA, 29
España: Hombrados (Sierra), A. Entrerríos (5), Gurbindo (1), Parrondo (1), Ugalde (4), Morros (1), Guardiola (3) -siete inicial-. Maqueda (3), Tomás (2), R. Entrerríos (1), Sarmiento, Aguinagalde (1), Juanín (2), Romero (2 de penalti) y Cañellas (3).
Francia: Omeyer (Karaboue), Fernandez (7), Barachet (2), B. Gille (3), Karabatic (2), Abalo (6), Guigou (3, 2 de p.) -siete inicial-. Dinart, G. Gille, Narcisse (3), Joli, Accambray, Detrez y Bingo.
Marcador cada cinco minutos: 3-3, 6-5, 9-7, 11-8, 13-10, 15-13 (descanso). 19-14, 21-17, 22-20, 25-21, 27-24 y 29-26.
Árbitros: Din y Dinu (Rumanía).
Pabellón Spens de Novi Sad. Primer partido del grupo C de la primera fase.
El elemento fundamental de este pletórico debut fue la confianza que siempre tuvo España en sí mismo. Esta ha sido históricamente una de las características de los equipos que ha dirigido el seleccionador, Rivera. "Un gran equipo se consolida desde atrás", no se cansa de decir. Y en el pabellón de Novi Sad (Serbia), España jugó con una defensa que supo encontrar los apoyos necesarios para cubrir huecos y que fue exasperando al ataque de Francia. Un jugador de la calidad de Karabatic se quedó casi en blanco (dos goles) y el peso del ataque tuvo que recaer en manos de los laterales Fernandez y Narcisse, y del extremo Abalo.
Esta solidez defensiva, avalada también por la gran actuación de Hombrados bajo los palos, concedió una dosis de confianza inusual al ataque: fallar no se convertía en un problema crucial. Alberto Entrerríos apretó el gatillo y sus disparos parecían salidos de un fusil Kalashnikov. Tanto Gurbindo como Maqueda, como los centrales Cañellas, Sarmiento y Raúl Entrerríos, demostraron que han crecido, que pueden asumir responsabilidades. Y en el contraataque, los extremos se mostraron infalibles.
Todo eso permitió que España dominara el partido desde los primeros compases y alcanzara incluso una ventaja de cinco goles que fue manteniendo hasta las postrimerías del duelo (25-20, a 12 minutos del final). Sin embargo, Francia no se rindió y llevó el marcador hasta un amenazante 27-26, a falta de un minuto. Entonces, surgió Hombrados de nuevo, y Ugalde marcó el gol de la tranquilidad para que Maqueda cuadrara un contundente 29-26.
La selección española ofreció su mejor imagen. Ahora le esperan dos partidos contra Hungría y Rusia para concluir una primera fase que puede permitirle entrar en la segunda con todas las garantías. Francia dio un paso en falso, pero remontará. La gran suerte para España es que ahora ya no puede volver a chocar contra este gran equipo hasta una hipotética final.
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