Trejo rescata al Sporting a última hora
El Málaga paga su falta de espíritu con una derrota
Noche de emociones fuertes en El Molinón, casi todas concentradas en unos minutos finales que dieron para mucho. El Málaga, un equipo con mucho nombre y poco espíritu, estaba a punto de salir del paso gracias al olfato goleador de Van Nistelrooy, pero entonces, cuando el Sporting parecía muerto, resurgió el espíritu de Preciado. Lo encarnó Trejo con un remate lleno de calidad y, sobre todo, de convicción. Justo lo que le faltó al Málaga para sacar algo positivo en su visita a Gijón.
Como la mayoría de los equipos diseñados a golpe de talonario, el Málaga corre el riesgo de creérselo. Sobre todo ante rivales como el Sporting, inferiores sobre el papel y a priori sobre el césped. Durante muchos minutos, los de Pellegrini se conformaron con llevar el control del balón, sin saber muy bien qué hacer con él. Porque Cazorla, Isco y compañía jugaron bien, desde el punto de vista de la ortodoxia, pero con tan poco entusiasmo que pocas veces pusieron en apuros a los locales.
Una falta rematada por Gregory con peligro muy pronto debió de servir de aviso al Málaga, que iba a tener en la estrategia su gran enemigo. Aun así, nadie fue capaz de evitar el toque de Gálvez en un lanzamiento enroscado de Nacho Cases, de fuera adentro, complicado de defender y con el agravante de la ligera posición adelantada del debutante, inadvertida para el árbitro asistente.
En la segunda parte, el Sporting dispensó al Málaga tratamiento de grande, cediéndole todo el campo, como solo ocurre cuando el Barça y el Madrid aparecen por Gijón. Parecía que tantas precauciones iban a darle resultado cuando Van Nistelrooy encontró un agujero en la zaga rojiblanca. El empate castigaba tanto el pasotismo malaguista como la racanería local, pero entonces apareció Trejo y El Molinón explotó en un grito liberador.
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