El Atlético, el mejor de los huéspedes

Pétreo en casa, donde ha rubricado cinco victorias, tres empates y solo ha cedido una derrota, al Atlético de Madrid se le apaga la luz cuando pisa territorio foráneo en la Liga. El equipo, que arañó un punto anoche frente al Málaga (0-0) en el estreno de Simeone en el banquillo, se deshace como un azucarillo cuando le toca visitar la cancha rival, por más que el técnico argentino y sus futbolistas se mostrasen satisfechos por el botín obtenido en La Rosaleda. "Me pareció ver un equipo solidario, con carácter. Un equipo que tuvo las situaciones más claras de gol. No tuvimos la posesión del balón, pero jugamos el partido que quisimos jugar. Firmes atrás y creando peligro a la contra", defendió El Cholo. El argentino no engaña a nadie. En su presentación como nuevo entrenador colchonero, prometió sacrificio. Y, en este sentido, su equipo respondió. Sin embargo, el resultado de ayer no maquilla una realidad alarmante. El Atlético ha sumado dos puntos de los 24 posibles a domicilio, dos empates en los ocho encuentros que ha disputado lejos del Calderón. El peor arranque liguero de la entidad desde hace 34 años, en 1978.

Este es el legado que recoge Simeone, cuyo equipo no conoce las mieles de la victoria en campo ajeno, cuyos hombres acumulan seis derrotas y dos tablas, en Los Cármenes ante el Granada (0-0), y en Málaga. "Era un rival complicado", argumentaba Filipe Luis. "Nos pudimos ir con 0-1. Estamos contentos, pero no del todo. Un equipo como el nuestro no puede estar feliz si no gana", agregaba Juanfran. "Tuvimos la de Diego, tuvimos la de Godín", remataba Simeone, que a buen seguro habrá tomado nota de lo que expuso Gregorio Manzano, su predecesor, dos meses antes de su salida del club: "Si algo debo reprocharme son los partidos fuera de casa. Nos falta intensidad". Bajo las órdenes del toledano, el Atlético exhibió una carestía inquietante en los desplazamientos. Eso sí, en feudos de máxima exigencia como el los del Valencia (1-0), el Barcelona (5-0), el Athletic (3-0) y el Real Madrid (4-1), además de dos complicados, como el del Getafe (4-2) y el Espanyol (4-2).

Reveladora fue la derrota en el Camp Nou. El equipo colchonero aterrizó allí como el menos goleado del campeonato, con Falcao en plena ebullición realizadora y una aparente solidez en su juego que se desgajó de un plumazo. El cuadro rojiblanco encajó un correctivo y desde entonces se descosió, como lo hizo su artillero, hasta ese instante autor de cinco dianas y que después solo ha contabilizado cuatro más, dos de cabeza y otros tantos de penalti. No obstante, el colombiano es el único que ha logrado perforar la portería a domicilio. Solo él -con dos dianas-, Domínguez, Turan y Adrián han marcado lejos de casa. Cinco goles (una media de 0,3) por los 20 recibidos. Solo el Sevilla (cuatro), el Granada (tres) y el Villarreal (tres) tienen menos pólvora, y solo a Osasuna (23) y al Racing (21) le endosan más goles fuera. "Estuvimos serios. Espero que el talento pueda resolver más adelante", se escuda Simeone, que a la falta de pegada de los suyos afronta ahora la pérdida de un asistente como Reyes.

Un bagaje que sitúa al Atlético como el peor visitante de la Liga junto al Zaragoza (dos puntos), por debajo de otros conjuntos con un rendimiento muy pobre alejados de sus estadios como el Villarreal (tres puntos), el Racing (cuatro) y el Getafe (cuatro). Incluso, como el más débil de toda Europa. En la Premier, el invitado más flojo, el Woverhampton, suma seis puntos (ocho goles a favor, 19 en contra); en Alemania, el Wolfsburgo se ha apuntado solo cuatro (nueve dianas a favor, 25 en contra); y en Italia y Francia, dos equipos con un balance escuálido a domicilio como el Novara (dos puntos, cinco goles a favor, 16 en contra) y el Valenciennes (dos puntos, cinco a favor, 17 en contra), también superan el registro de los rojiblancos.

Para que el Atlético alce el vuelo, Simeone deberá engrasar el gatillo de los suyos, que promedian solo 4,9 remates por encuentro fuera, menos de los que recibe Courtois (7,1). De momento, con el argentino ya a las riendas, la dinámica no se ha alterado. Los colchoneros solo dispararon tres veces a portería ante el Málaga (una de ellas, por parte de Diego, a la madera), pero eso sí, fieles a su técnico, mordieron. Robaron 56 veces la pelota, cometieron 24 faltas (cuando promedian no más de 10) y recibieron cinco amarillas (ven una media de 1,9). El curso pasado, a estas alturas, el cómputo del Atlético lejos del Manzanares era discreto, pero ostensiblemente mejor. En concreto, había obtenido 10 puntos y marcado 12 goles, aunque volvía a mostrarse muy vulnerable en defensa con 17 tantos encajados. Simeone debe hacer frente a un reto mayúsculo: sellar la fisura en la zaga cuando el Atlético pone rumbo a otros fortines.