El desmantelamiento del éxito
Con la marcha de Reyes al Sevilla, solo cinco jugadores permanecen en el Atlético año y medio después de conquistar la Liga Europa y la Supercopa continental en un doblete histórico
Ni rastro de la gloria. El 27 de agosto de 2010 el Atlético tocaba el cielo de Mónaco con la conquista de la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán. Aquel triunfo, unido a la conquista de la Liga Europa tres meses antes, reverdecía a lo grande los laureles de un histórico cuya enciclopedia languidecía a pasos agigantados en las últimas décadas. Los rojiblancos, que habían pasado 48 años sin ganar un título europeo y contaban 14 desde su último trofeo nacional (con el doblete de Liga y Copa de 1996), abrían a lo grande las vitrinas gracias a un equipo lustroso liderado por Forlán y Agüero y dirigido desde el banquillo por Quique Flores. Poco queda de todo aquello.
Apenas año y medio después de aquel éxito, la marcha de José Antonio Reyes al Sevilla certifica el desmantelamiento del grupo que alzó los dos títulos europeos. Tras la venta del extremo al Sevilla por 3,5 millones, solo permanecen en la plantilla cuatro de los jugadores que disputaron la final de Mónaco ante el Inter (Perea, Godín, Domínguez y Assunçao), y cinco de los que actuaron meses antes en Hamburgo frente al Fulham (Perea, Domínguez, Antonio López, Assunçao y Salvio).
"Me genera una gran tristeza que, de aquel equipo que ganó dos títulos y fue finalista de Copa, no quede nada. Ahora todo es muy diferente, no tiene nada que ver. Se han ido muchos jugadores. Nuestro equipo del primer año me gustaba mucho. A partir de la salida de Jurado ya me gustaba menos. ¿El de ahora? Todavía menos. Hay que hacer equipo y no es fácil. Se pueden cambiar ideas, pero la dinámica y la filosofía es importante mantenerlas", contaba hace una semanas Quique Flores al diario Marca. El técnico, artífice del doblete europeo, vio como tres días después de derrotar al Inter comenzaba la diáspora de su grupo con la venta de Jurado al Schalke 04 alemán. Tras él fueron desfilando Simão, Ujfalusi, Fran Mérida, Valera, Raúl García, De Gea, Agüero, Forlán y un largo etcétera hasta llegar a Reyes. A día de hoy, el Atlético ha sufrido hasta 19 cambios con respecto a la plantilla de hace dos cursos.
"Tardarán 40 años en repetirse aquellos éxitos", vaticinó Quique semanas antes de su despedida. El banquillo tampoco ha sido una excepción en la inestabilidad del club. La contratación de Simeone hace unos días suponía el 49º cambio de técnico en la convulsa era Gil. Los datos de la gestión del plantel desde 1996 son demoledores: 185 futbolistas (más de 20 yendo y viniendo a lo largo de los años) han vestido la camiseta rojiblanca tras más de 600 millones gastados. Casi la mitad de ellos, 86, duraron una temporada y 49 permanecieron tan solo dos. El trasiego de futbolistas ha influido en que, desde 1996, solo cinco hayan superado las cinco temporadas: Aguilera, Antonio López, Pablo, Fernando Torres y Perea. La inestabilidad como forma de vida incluso cuando el éxito florece entre las tinieblas. El pasado verano, las ventas de Agüero, Forlán y De Dea dejaron en las arcas del club 70 millones de euros. El dinero de la hucha se gastó casi al completo en las contrataciones de Silvio, Gabi, Turan y Falcao.
El Atlético inicia este fin de semana su enésima nueva era de la mano de Simeone con apenas cinco cromos repetidos respecto a su último álbum glorioso. La afición rojiblanca se encomienda a uno de sus ídolos para retomar el camino de la victoria. El Cholo conoce como pocos la idiosincrasia de un club que en los últimos lustros vive sin solución de continuidad entre el cielo y el infierno.
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