Banega se pone fino
El Valencia golea al Cádiz y Soldado cierra 2011 con 32 tantos en un año
Parece que lleve un siglo jugando, pero Banega solo tiene 23 años. Y, atendiendo a su clase, unas posibilidades de crecimiento espectaculares, siempre que mantenga la cabeza en su sitio. El mediocentro argentino aprovechó la visita del líder del grupo IV de Segunda B para ponerse fino y pulverizarlo con sus pases. Fue un Cádiz osado como había prometido su entrenador, José González. Se plantó hasta cinco veces ante las barbas de Guaita, pero remató mal o se topó con la firmeza habitual del meta valenciano, a pesar de que este jugó infiltrado por una lesión en la mano. La velocidad de Akinsola hizo crujir los goznes de la zaga valencianista, defensa de gala puesto que Emery no quería sorpresas antes de las vacaciones de Navidad. El indultado Miguel recibió los aplausos de la grada y demostró una vez más que, hasta dormido, es el mejor lateral derecho del equipo.
VALENCIA, 4 - CÁDIZ, 0
Valencia: Guaita; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba (Mathieu, m. 75); Topal, Banega; Pablo Hernández, Jonas (Parejo, m. 53), Piatti; y Soldado (Aduriz, m. 59). No utilizados: Cristiano; y Albelda.
Cádiz: Gonzalo; De Coz, Baquero (Moke, m. 50), Goikoechea, Góngora; Caballero (O. Pérez, m. 61), H. Yuste, Ferreiro, Dieguito (Dioni, m. 60), Ikechi; y Akinsola. No utilizados: Aulestia; Juanse y Toti.
Goles: 1-0. M. 4. Víctor Ruiz, de cabeza. 2-0. M. 27. Jonas, a pase de Pablo. 3-0. M. 40. Soldado, de cabeza, a centro de Piatti. 4-0. M. 67. Banega tras una pared con Piatti.
Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Óscar Perez, Víctor Ruiz y Piatti.
Unos 25.000 espectadores en Mestalla.
Banega derrochó talento para dirigir un ataque interpretado por Pablo, Jonas y, finalmente, Soldado. El Cádiz se desintegró por arriba. Víctor Ruiz marcó el primero de cabeza y Soldado, el tercero. El 32º tanto del atacante valenciano en 2011. Un año para enmarcar. Entre medias, Jonas embocó un magnífico centro desde la izquierda de Pablo.
Tres goles encajados fue suficiente correctivo para anular el entusiasmo inicial del cuadro gaditano. Y permitió que Emery empezara a repartir esfuerzos. Retiró a dos de sus jugadores más castigados, Jonas y Soldado, dando alas para que Parejo y Aduriz vayan encontrando su lugar. Dejando, a su vez, que Piatti acabara el encuentro. El técnico vasco insiste en recuperarlo anímicamente. Pero le cuesta. A pesar de que el cuarto gol fue obra de una pared entre dos amigos. Uno sobrado de confianza, Ever Banega; el otro sin una pizca de ella, Piatti. Junto al punto de penalti, el primero se revolvió con aires de gran ariete y resolvió colocando el balón con la izquierda.
En Stamford Bridge, en la dolorosa derrota ante el Chelsea en Champions, el Valencia se había dado cuenta de una evidencia: necesita a Ever Banega, sobre todo cuando tiene la obligación de llevar la iniativa. Y alimentar a Pablo, Jonas o Soldado, tan agradecidos a la visión de juego del maestro Banega.
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