Juega el Málaga, marca Soldado
El Valencia gana por la pegada de su delantero y la sobriedad de sus centrales
Es la ventaja de contar con un pistolero como Soldado. Le permite a su equipo jugar poco e incluso mal. Enviarle dos buenos pases y dejar que él se encargue de lo más importante: liquidar a un Málaga mucho más presente en el centro del campo, adornado por un Joaquín imparable. Pero débil en las áreas: la propia, lastrado por sus plomizos centrales, y la ajena, penalizada por un delantero sin remate, Rondón. Para Mestalla fue un alivio que Pellegrini solo le diera a Van Nistelrooy la última media hora. En ese lapso, sus dos tiros encontraron la respuesta del cuerpo de Diego Alves. Antes, nada. Afianzado también por sus centrales, el Valencia aprovecha al máximo sus recursos y abre un abismo en la clasificación respecto al quinto puesto de la Liga. En el torneo de la regularidad, el trabajo de Emery es irreprochable.
VALENCIA, 2 - MÁLAGA, 0
Valencia: Alves; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Feghouli (Pablo, m. 77), Albelda, Ever Banega (Parejo, m. 84), Mathieu; Jonas (Piatti, m. 87) y Soldado. No utilizados: Guaita; Barragán, Topal, Dealbert y Aduriz.
Málaga: Willy; Gámez, Demichelis, Mathijsen, Monreal; Joaquín, Toulalan, Cazorla, Isco (Duda, m. 75); Juanmi (Van Nistelrooy, m. 65) y Rondón (Seba, m. 75). No utilizados: Rubén; Weligton, Buonanotte, Eliseu y Recio.
Goles: 1-0. M. 35. Soldado regatea a Willy y marca. 2-0. M. 61. Soldado, de volea.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Banega, Albelda, Mathijsen, Miguel, Demichelis y Pablo,
Unos 30.000 espectadores en Mestalla.
Esta pareja ha sostenido al Valencia en el aspecto ofensivo. Los pases de uno y los desmarques del otro. Casi siempre Jonas con la visión y el toque para aprovechar los arranques vertiginosos de Soldado. El brasileño puso una vez más el balón a la espalda de los centrales, con un pase raso y ligeramente curvado, y el valenciano salvó en la carrera a Willy y marcó desde el costado. Al Málaga le cruje la rigidez de sus centrales, Mathijsen y Demichelis, que tardan un mundo en reaccionar.
El tanto de Soldado, su décimo en el campeonato, anuló de un plumazo la tremenda superioridad técnica del Málaga hasta esos momentos, pegado al pie de un Joaquín estelar. El gaditano retó y regateó a sus excompañeros de dos en dos, por un extremo y por el otro, si bien no hubo nadie dispuesto a remachar sus internadas. Ante la imposibilidad de frenar a Joaquín por la vía legal, Albelda le soltó una patada a la altura de la rodilla.
Por calidad individual, el Málaga llevó mucha ventaja. La que atesoran Cazorla, Isco y Joaquín. El Valencia se ha ido descapitalizando en los últimos años en este aspecto al marcharse los Silva, Mata, Villa, el propio Joaquín o la promesa de Isco. Pero Emery ha sabido adaptarse a otro tipo de jugadores menos estéticos, pero con idéntica ambición de ser protagonistas.
Sin ritmo Ever Banega tras la lesión, el Valencia perdió el centro del campo, si es que en algún momento lo había tenido. El conjunto de Emery se partió en dos y el Málaga abusó de un control masivo aunque muy poco efectivo. Incluso desaprovechó una contra de cuatro contra dos, despejada por Miguel en el último suspiro. Tensionados de tanto perseguir el cuero, los chicos de Emery cometieron muchas faltas, demasiadas, siendo Isco la víctima preferida.
Independientemente de disponer de más o menos control, el Valencia tiene la virtud de buscar siempre la portería contraria. A estirones muchas veces. Como el que le dio Jordi Alba por el extremo izquierdo: un caño espectacular a Demichelis y un centro enroscado que voleó Soldado de manera violenta.
Ante la nula pegada de su equipo, Pellegrini recurrió a Van Nistelrooy, con más clase que Rondón aunque juegue andando. Como cuando bajó el balón con el pecho antes de que su disparo lo repeliera, también con el pecho, Diego Alves.
El Valencia ya se encontraba muy cómodo, seguro de que con la firmeza de sus centrales y el gatillo de Soldado tenía de sobra para ganar el partido. Se creció además Banega metiéndole dos pases magistrales a Soldado que este erró cuando se disponía a celebrar su triplete. Ni Sebas ni Duda cambiaron el panorama porque el Málaga estaba condenado a la sequía y el Valencia, aunque ya con Soldado fundido, disfrutaba de una victoria para atornillarse en la Champions.
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