El Espanyol hace valer la finura
Un conjunto blanquiazul superior sufre más de la cuenta ante el aguerrido Sporting
Una jugada que define la esencia de este Espanyol acabó desequilibrando un partido que se convirtió en el típico duelo entre el fino estilista y el duro fajador. Dídac picó el balón sobre la barrera defensiva, y Verdú prolongó con la cabeza para el desmarque de Sergio García, que tuvo el acierto que le faltó a sus compañeros para sentenciar antes. El Sporting, manifiestamente inferior en juego, se sostuvo en pie con sus virtudes de siempre, pero no le alcanzó.
El Espanyol presentó credenciales en El Molinón con una jugada relampagueante, un lujo de dos de sus cachorros más brillantes. Weiss descontó rivales desde la banda derecha y le dejó el camino libre para Thievy, que tras un recorte eléctrico se atrevió con un remate desde la frontal imposible para Juan Pablo. Al 0-1 le siguió casi media hora de un fútbol fresco y estimulante del Espanyol, en el que participó activamente Romaric, muy mejorado respecto a su versión como sevillista.
SPORTING, 1 - ESPANYOL, 2
Sporting: Juan Pablo; Damián, Gregory, Iván Hernández, Canella; Rivera (Eguren, m. 80), André Castro; Trejo (Ayoze, m. 84), Nacho Novo (Bilic, m. 68), De las Cuevas; y Barral. No utilizados: Cuéllar; Botía, Sergio Álvarez y Luis Morán.
Espanyol: Cristian Álvarez; Galán, Raúl Rodríguez, Moreno, Dídac; Baena, Romaric; Weiss (Rui Fonte, m. 46), Verdú, Thievy (Álvaro, m. 62); y Sergio García (Cristian Gómez, m. 87). No utilizados: Casilla; Amat, Dátolo y Canal.
Goles: 0-1. M. 2. Thievy, de remate desde el borde del área. 1-1. M. 60. Barral remata desde cerca un córner. 1-2. M. 83. Sergio García aprovecha una prolongación de cabeza de Verdú
Árbitro: Ayza Gámez. Tarjetas a Weiss y Rui Fonte. Expulsó del banquillo al preparador físico del Espanyol, Jesús Pérez
El Molinón. Unos 20.000 espectadores.
Mientras el Espanyol ofrecía una actuación coral, el Sporting se encomendaba a De las Cuevas. Dos acciones aisladas del mediapunta levantaron el ánimo de una grada estupefacta ante el repaso que le estaba dando a su equipo el grupo de chavales de Pocchettino. Que la clasificación no refleje esas bondades tiene que ver con cierta incapacidad en el remate y bastante inocencia defensiva, de lo que se aprovechó el Sporting justo después de que Juan Pablo evitara por dos veces el 0-2 ante Thievy.
Con el empate y la chiquillería del Espanyol asustada por tanto barullo, el partido se abrió a cualquier desenlace. El gol de Sergio García hizo justicia, por más que a la afición sportinguista quedase con la sensación de que su equipo pudo arañar un punto en el arreón final, que sembró el área espanyolista de minas.
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