"Ahora está roto, pero me pidió jugar"
JIM explica cómo Iborra, tras haber perdido esta semana a su hija recién nacida, quiso participar ante el Sevilla
Tras el abrazo con el portero Munúa, al final del encuentro, el centrocampista Vicente Iborra (Montcada, Valencia; 1988) rompió a llorar. Había sido una semana durísima para él y su familia después de que falleciera Alma, su hija recién nacida. Los jugadores y el técnico granota, Juan Ignacio Martínez (JIM), se volcaron antes y después del encuentro con su compañero. "Ahora está roto en el vestuario", relató JIM tras la victoria de su equipo ante el Sevilla (1-0), "pero me pidió jugar si yo lo creía conveniente". Lo creyó el preparador alicantino cuando Farinós, aquejado de unas molestias, solicitó el cambio. Entró Iborra en el minuto 65 y contribuyó con acierto en recuperaciones y pases que iniciaban el contragolpe del conjunto granota. Tras el gol de Nano, Juanfran acudió al banquillo y mostró una camiseta con el nombre y el número del mediocentro. Antes, habían guardado un minuto de silencio.
El propio JIM evitó en esta ocasión la charla táctica habitual antes de cada partido. Prefirió tres minutos de arenga emocional. Los jugadores se habían enterado de la desgracia de su compañero en la tarde del jueves. "Sabíamos que había tenido un parto muy difícil", explicó el mediapunta Rubén Suárez. La niña nació muy prematura, con apenas seis meses y medio, y pesaba tan solo 450 gramos. Había permanecido en la incubadora.
El jugador tuvo la entereza de hablar ante los medios de comunicación para agradecer el apoyo recibido por parte de todos. Natural de un pueblo de L,Horta Nord, Iborra es la joya de la cantera granota. Mediocentro de gran poderío físico (mide 1,90 metros), el director deportivo, Manolo Salvador, lo compara con Busquets y cree que, a final de temporada, será traspasado a un club de mayor potencial económico.
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