Álvaro Quirós, un torbellino en el desierto

El mejor pegador de Europa, y uno de los mejores del mundo, manda en la Carrera a Dubai, torneo que cierra la temporada y concede la antigua Orden del Mérito. Álvaro Quirós es el líder en solitario de la competición después de firmar hoy una impresionante tarjeta de 64 golpes, de récord, ocho bajo par para un total de menos 12, cinco de ventaja sobre un trío formado por el inglés Robert Rock, el norirlandés Rory McIlroy y el sueco Peter Hanson.

Quirós fue un torbellino. Sacó jugo, claro, a los pares cinco, aquellos en los que empuña a gusto el driver y manda la bola más lejos que nadie. Sumó dos birdies en dos de los pares cinco, y en el último, el del 18, acabó por todo lo alto con un eagle. Son las ventajas de un cuerpo que funciona como una polea cuando se bambolea en el swing con sus 191 centímetros de estatura. Quirós se siente además como pez en el agua en los torneos del desierto. Esta temporada fue 23º en Abu Dabi, octavo en Bahréin, segundo en Catar y ganador precisamente en Dubai, a principios de curso. Ahora vuelve a ser el líder en el emirato, y el domingo puede poner el lazo a un curso de notable, en el que acabó en lo alto de la tabla en la primera jornada del Masters de Augusta.

Entonces, en el grande inaugural del curso, compartió liderato con McIlroy, precisamente su rival más temible estos días en Dubai. El norirlandés, pese a no estar en la mejor forma por un virus, se mantiene en liza por el título, aunque cargó con un bogey en el último hoyo tras irse al agua. En el mismo hoyo en el que Quirós consiguió en eagle marca de la casa. En la corte de pegadores, el gaditano es el rey. Y ha aterrizado en Dubai en racha, tras luchar hasta la última jornada (perdió el liderato al final) por ganar el anterior torneo, en Hong Kong. Se lo llevó, quién si no, McIlroy.

Lejos de la cabeza se ha quedado Sergio García, a ocho golpes de Quirós, y en cambio han escalado posiciones Pablo Larrazábal, séptimo, y Luke Donald, duodécimo. El inglés tiene ahora en Quirós a su mejor aliado. Si el español gana el torneo, impedirá de paso una posible victoria de McIlroy, y por lo tanto Donald, sea cual sea su clasificación, acabará el año como el mejor del mundo en el circuito de la PGA y en la lista de ganancias del circuito europeo. Nunca ningún golfista ha logrado semejante marca.