Eldrick vuelve a ser Tiger
El primer título de Woods en dos años liberó al feroz competidor escondido por sus problemas personales
Tiger no es el verdadero nombre de Tiger. El golfista que ha dominado el golf mundial durante años fue bautizado como Eldrick Tont Woods. Así lo decidieron su padre, Earl, un afroamericano que luchó por Estados Unidos en la guerra de Vietnam, y su madre, Kutilda, de origen tailandés. El único hijo de esta pareja recibió desde niño una herencia y una educación multicultural.
¿Y cómo nació Tiger? La historia se remonta a Vietnam y a un coronel vietnamita llamado Vuong Dang Phong. Este era compañero en el conflicto bélico de Earl Woods, y era conocido como Tiger, El Tigre, por su fiereza y agresividad. Cuando años después Earl comenzó a educar a su hijo bajo una disciplina casi militar, se acordó del sobrenombre: Tiger. El golf fue desde los primeros años el método para canalizar esa disciplina con severos entrenamientos. Earl rebautizó a su pequeño. Eldrick Tont (este segundo nombre es tailandés) pasó a la historia. Solo en sus primeras competiciones como júnior apareció su nombre inscrito como Eldrick Tiger Woods. Incluso llegó a extenderse el rumor de que el jugador californiano había cambiado legalmente su nombre. Su página web mantiene los dos: Eldrick (Tiger) Woods.
En cierto modo, Earl desvinculó dos personalidades. Convirtió a la persona, Eldrick, en una máquina de jugar al golf, Tiger. Así fue hasta diciembre de 2009. Woods cambió para siempre este deporte y conquistó 14 grandes, a cuatro del histórico récord de Jack Nicklaus. Hasta que estallaron sus problemas matrimoniales. Durante los dos últimos años, Tiger desapareció. Sus ausencias de los campos por sus infidelidades y por sus lesiones permitieron ver de nuevo a la persona, un hombre abatido y avergonzado, que admitió su "comportamiento irresponsable" ante su madre y sus amigos, sentados en primera fila en un acto de perdón público en Florida, en febrero de 2010. "He herido a mi esposa, a mis hijos, a mi madre, a la familia de mi esposa, a mis amigos, mi fundación y a todos los niños del mundo que me admiran", admitió el héroe caído.
Durante dos años, Eldrick ha luchado para recuperar a Tiger. Su victoria en el torneo Chevron World Challenge, el pasado domingo, su primer título desde finales de 2009, puede haber rescatado al feroz competidor que crió Earl con la disciplina de una instrucción militar. Era un torneo con solo 18 participantes, pero con figuras importantes (Paul Casey, Zach Johnson, Choi, Ricky Fowler, Steve Stricker...) y Tiger remontó en la última jornada, algo poco habitual en él, para acabar con la larga sequía. Su gesto al embocar el último putt, un birdie en el 18, recordó al jugador imperial de otras épocas. El mundo del golf desea ver en ello la vuelta a los altares del golfista que arrastra multitudes, patrocinadores y grandes audiencias, y que engorda las bolsas de premios. El Tigre donó los 1,2 millones de dólares del premio a su fundación, como hace siempre en este torneo, un organismo que se dedica a ayudar a los jóvenes con menos oportunidades en sus estudios. Inconformista y perfeccionista por naturaleza, ha intentado mejorar su swing. Aunque el sello de su triunfo llegó en el green. Tiger magnificó su fama con una fiabilidad asombrosa en los putts de cuatro o cinco metros. Los mismos que en los pasados dos años se le escapaban por muy poco y que en los tres últimos hoyos del Chevron Challenge rodaron adentro. Fue entonces cuando Eldrick dejó salir con un grito al viejo Tiger.
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