_
_
_
_

Antes el trabajo que el ideario

El técnico Pepe Mel, instado por la directiva del Betis y sus amenazas de despido, acepta ejercitar un nuevo sistema de juego

Semana de zozobra en el Betis. La derrota de los verdiblancos del pasado domingo ante la Real Sociedad (2-3, con el gol definitivo en el último suspiro y desde el centro del campo) puso en la picota al técnico Pep Mel; su equipo suma una racha horrible de nueve partidos sin conocer el triunfo, con ocho derrotas y un empate. Efervescente al inicio del curso, cuando ganó los cuatro primeros partidos, el Betis ha perdido el toque y el remate para quedarse con un solo punto de más que los puestos de descenso. Ante esta situación, los dirigentes del Betis se reunieron con Mel el pasado lunes. El hombre fuerte de la entidad y administrador judicial, José Antonio Bosch, cometió un error en unas declaraciones al confirmar al técnico en el banquillo ante Osasuna gracias a que variaría su hoja de ruta. "Tengo confianza absoluta en que Mel cambiará la forma de jugar", deslizó. De momento, parece que así será.

"No sé de fútbol y mis palabras se malinterpretaron. El que habló de un cambio en la forma de jugar fue el mismo entrenador. Es lo que me dijo", aclara ahora el administrador judicial de las acciones que pertenecen al expresidente Manuel Ruiz de Lopera y que son mayoría en el accionariado bético. Bien por convicción propia o por los consejos de los que mandan en el Betis -el director deportivo, Vlada Stosic, llegó a decir que Mel tenía que trabajar más el aspecto táctico-, lo cierto es que hoy, después del día de descanso, el técnico trabajó con los suyos a pie de campo con una novedad de lo más llamativa; un cambio de sistema. Acostumbrado a desplegarse el equipo con un 4-3-3 -esquema con el que ascendió a Primera-, con presión en campo contrario, una defensa adelantada y la posesión de balón como señas de identidad, Mel ejercitó el 4-4-2, con las líneas más juntas y la línea de presión más retrasada.

Desde las paredes del Benito Villamarín, se sisea que el aviso fue rotundo: "O esto cambia o habrá destitución". Pero no se cuenta que el fondo del problema es el dinero, toda vez que Mel tiene firmados tres años con el club y el despido rondaría los dos millones de euros. Una cifra imposible para la entidad, sumida en la Ley Concursal. Pero si el equipo se encuentra en zona de descenso durante una serie de jornadas puede ser destituido con una indemnización pactada a la baja. "Seguimos confiando en Mel, es nuestro entrenador y estamos a muerte con él", afirmó Casto, el portero titular. La afición, por ahora, tampoco se ha expresado en su contra. Pero el estilo no convence a la directiva y el técnico, que prefiere el trabajo al ideario, acepta.

Pepe Mel reacciona durante un partido del Betis esta temporada.
Pepe Mel reacciona durante un partido del Betis esta temporada.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_