El 'tenista drama'

El serbio Janko Tipsarevic comparece con la Copa de Maestros aún bajo el efecto de dos terremotos: la exhibición del suizo Roger Federer ante Rafael Nadal (6-3 y 6-0; "nunca le había visto jugar tan bien y durante tanto tiempo", dice Toni Nadal sobre el tenista suizo) y la retirada del británico Andy Murray, al que sustituye Tipsy en la segunda jornada del Grupo A. Su llegada es un ahora o nunca para el checo Tomas Berdych, su contrario, que le acaba derrotando 2-6, 6-3 y 7-6 tras un final para el psiquiátrico.

Estos son los pilares del encuentro. Tras desaprovechar un punto de partido a favor en la primera jornada y contra el serbio Novak Djokovic, Berdych debe ganar a Tipsarevic para seguir vivo. De nuevo, un drama. El checo se coloca por delante en el tie-break definitivo (5-4 y dos saques), pierde su ventaja (5-6)... y comienza un absurdo carrusel de errores: Tipsarevic desaprovecha un punto de partido a favor atacando la red como un kamikaze (6-6); comete doble falta (7-6); y entrega el encuentro 6-2, 3-6 y 6-7 (6) trastabillándose por dos veces, lo que le deja tumbado en el suelo y luego cojeando. Si él también decide abandonar la competición de Londres, lo que aún parece improbable, le sustituirá el español Nicolás Almagro.

"Habrá que ver qué pasa cuando se enfríe el golpe, pero espero entrenarme mañana [por hoy]", avisó el serbio, que luego siguió el duelo entre Djokovic y David Ferrer, sin terminar al cierre de esta edición. "Aún estoy cabreado por haber cometido mi única doble falta en un punto tan importante", cerró el número nueve, que puede ganar 120.000 dólares por cada triunfo que consiga.

Berdych, que ahora tiene una victoria y una derrota en el Grupo A, que le cruzará en la última jornada con Ferrer (1-0), cometió 34 errores no forzados. Su rival, 21. Es el reflejo de los nervios con los que ambos disputaron su partido, y de la tensión que recorre el torneo. Esto es Londres y la Copa de Maestros, el último gran torneo de la temporada: los pulsos de los mejores se ganan con golpes, pero se deciden con la cabeza.