Estados Unidos recela de la seguridad en Londres 2012

"Furia estadounidense ante el plan de seguridad olímpico", titula en su portada el diario inglés The Guardian. Según el rotativo, el gobierno de Obama ha hecho llegar al comité olímpico de Londres 2012 constantes quejas acerca de la protección que tendrán tanto sus deportistas como sus diplomáticos durante la gran cita deportiva que se celebrará en Londres entre el próximo 28 de julio y el 12 de agosto. El periódico también desvela que Washington podría enviar hasta 1.000 agentes, algunos armados, para paliar los supuestos déficits de seguridad, entre los que se integrarían cerca de 500 miembros del FBI.

Para tomar esta decisión, EE UU asegura que Londres se ha relajado en materia antiterrorista, ya que se espera que en verano haya menos agentes, y en la supuesta mala planificación de los organizadores. En principio se pensaba que bastaría con 10.000 agentes de seguridad, pero ahora el Comité de Organización de los Juegos de Londres cree que se necesitarán más del doble, unos 21.000. La seguridad dentro de la Villa Olímpica no es competencia de la policía, con lo que los organizadores de los Juegos contrataron a una empresa privada, G4S, para que se encargara del dispositivo. Ante el aumento de las necesidades de seguridad, la empresa abrirá en breve un nuevo proceso de selección, algo que según The Guardian no será suficiente. El diario asegura que los organizadores no tienen ni el dinero para pagar este aumento ni confían en que la empresa tenga tiempo y capacidad para conseguir este nuevo objetivo y por eso han recurrido al Ministerio de Defensa, que ha ofrecido 3.000 soldados y 2.000 en reserva, la mitad de los requeridos. El periódico cita fuentes del Ministerio que se quejan de la mala planificación de los últimos años y se pregunta de dónde saldrá el dinero para este nuevo incremento en la seguridad.

Ni este aumento en el dispositivo de seguridad ni el descenso de amenaza terrorista al tercer nivel hecho por el Centro de Análisis Terrorista Conjunto tranquiliza a EE UU. Como causa de la desconfianza de Washington, The Guardian destaca la ineficacia policial en las disturbios de Londres del pasado verano y el rechazo de una ley que permitía a la policía parar y registrar a los sospechosos con casi total impunidad como una de las causas para la preocupación norteamericana.