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El paraíso de Federer

El suizo gana a Tsonga (6-1 y 7-6) para conquistar en París-Bercy su primer Masters 1.000 de 2011.-Confirma su idilio con los torneos de cemento bajo techo

Bajo techo y sobre cemento, resurge un Roger Federer imparable: el suizo ha ganado el torneo de París-Bercy (6-1 y 7-6 al francés Tsonga) por primera vez en su carrera, convertido ya en el único tenista que ha competido en la final de los nueve Masters 1.000 y tras cerrar una racha de 10 meses sin trofeos la semana pasada en Basilea, cita también indoor. A siete días de que arranque la Copa de Maestros, que ofrece las mismas circunstancias de juego, el suizo, que defiende el título, puede pensar en lograr un trofeo de gran prestigio con el que salvar una temporada que palidece en comparación con los magníficos resultados que logró en las anteriores. Por ahora, solo suma tres triunfos.

A los 30 años, Federer aprovecha para cosechar títulos en el tramo final de la temporada. Su elegantísimo estilo de juego, que prima la técnica sobre la fuerza, le permite llegar fresco a las últimas semanas del curso y explotar su capacidad técnica frente a la fatiga de sus esforzados rivales. Son en estos días, sin humedad, calor ni viento, donde se vuelve a ver al mejor Federer, aquel que dominaba sus encuentros sin una gota de sudor, a una media de 1h 30m por duelo, sin despeinarse de maravilla en maravilla. Bajo techo, aún sin enfrentarse a los rivales más fuertes -no se cruzó con Djokovic, Nadal ni Murray-, el número cuatro mundial ha conseguido situarse como el segundo tenista con más títulos de Masters 1.000 (18, por los 19 del mallorquín) y también coger impulso para 2012. Entonces, tras el primer curso en el que no se anota un grande desde 2003, Federer asaltará el reto de agrandar su leyenda en los torneos del Grand Slam, que le vieron en la final de Roland Garros y las semifinales del Abierto de Australia y del de EEUU como mejores resultados de 2011.

"Es el más grande del mundo", acertó a decir Tsonga, que empezó a ver que algo andaba mal desde el arranque del encuentro: tuvo 15-40 sobre el primer saque de Federer y 30-0 con el suyo, pero el marcador enseguida reflejó un 0-2 a favor del suizo, que consiguió el break a la primera oportunidad. "Esto es un sueño", le prolongó Federer, cuyos tiros hieren ya más sobre cemento que sobre hierba, hasta hace poco su territorio predilecto de caza. "Hace mucho tiempo que intento ganar aquí... nos vemos el año que viene", se despidió, sonriente y emocionado.

Federer conecta un 'drive' a mitad de pista en la final ante Tsonga.
Federer conecta un 'drive' a mitad de pista en la final ante Tsonga.MIGUEL MEDINA (AFP)

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